ETA: MATAR NO ERA UN PROBLEMA

Por José Ignacio Torreblanca
ETA se disuelve. Por fin. Pero lo hace por la razón equivocada. Se puede dejar de matar por dos razones. Una porque la organización y sus miembros llegan al convencimiento de que en una democracia el asesinato y el terrorismo no son instrumentos legítimos para conseguir fines políticos. Otra, porque, considerando la violencia un instrumento legítimo de actuación política, uno no logra matar lo suficiente, sea cuantitativamente o cualitativamente, para lograr esos objetivos.
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