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martes, 7 de marzo de 2017

Columna del editor

EL CHILE "SIN REMEDIO" ES ATACADO  AHORA CADA VEZ MÁS INTENSAMENTE POR EL VIRUS DE LA CORRUPCIÓN Y EL DESFALCO
Por Walter Krohne

Chile está contaminado con el virus que abre las puertas al vicio de la corrupción y el desfalco, que ataca directamente al Estado a través de empresarios inescrupulosos que se dan varias vueltas de carnero antes de cumplir con las obligaciones tributarias o se dedican en sus tiempos libres a emitir boletas falsas o a encargar su emisión para estafar a las instituciones estatales perfeccionando los métodos delictuales para desbancarlas sin ningún escrupulo. Esto ocurre hoy no sólo en las entidades manejadas por civiles sino  también en las militares, como es el caso del Ejército, pero ahora ha tocado también a la institución de Carabineros que hasta hace años era considerada como una de las entidades policiales más honestas e intachables de América Latina.
Con una gran sorpresa para muchos se dio a conocer en estos días y horas el mayor fraude fiscal cometido por una banda de funcionarios corruptos que operaba al interior de la policía uniformada. La Fiscalía de Magallanes ha comenzado a investigar lo que se califica el peor y más grave caso de fraude al patrimonio fiscal que se haya cometido al interior de Carabineros de Chile en los últimos años.
Con estas palabras el General Director de Carabineros, general Bruno Villalobos, definió  lo ocurrido al interior de la entidad, con hechos registrados entre 2009 al 2015 cuando estaban al mando de la institución los generales  Eduardo Gordon Valcárcel y Gustavo Gonzalez Jure, periodo en el cual se habría instalado una verdadera máquina para defraudar a la institución, y en concreto, al patrimonio de todos los chilenos.
El fraude consistió en el desvío de dineros de cuentas institucionales a cuentas de privados, en el marco de un complicado mecanismo que aún no se ha aclarado como debería haber sido. Ni siquiera La Moneda, y dentro de ella, ni el Ministerio del Interior, han podido dar cuenta de lo sucedido. Lo que se sabe es que el centro de los delitos estaba en la Dirección de Finanzas de Carabineros, donde se instalaron los cabecillas de la red de corrupción que causó daños por  8 mil millones de pesos, los cuales se habrían defraudado a lo largo de 6 años, una suma que equivale a  la construcción de  16 tenencias o 12 nuevas comisarías.
Sin embargo, confirmó que los operadores actuaron con absoluto sigilio durante varios años, sin que nadie percibiera los movimientos ilegales o las transacciones dolosas.
La primera medida del general Villalobos fue informar de lo que se había descubierto a través de una investigación interna institucional y en segundo lugar, decidió llamar a retiro a 9 oficiales, por la responsabilidad que les compete por el control interno. Son el General de Intendencia Flavio Echeverría, hasta ayer era jefe de finanzas; del coronel de Intendencia Patricio Rosas;  de 4 tenientes coroneles: Mauricio Saldaña Vidal, Pedro Valenzuela San Martín, Héctor Concha Jaramillo, Héctor Nail Bravo; de 2 capitanes: Sergio Collao Cáceres, Felipe Avila Pérez y de  un capitán de Intendencia, Carlos Rojas Muñoz.
Pero estas nueve bajas parecen ser solamente la punta del iceberg, porque, se dice, que la lista de implicados sería muy larga.
Hay que reconocer que en la conducta de Villalobos hubo transparencia y lo sigue habiendo, lo que contrasta con lo que ocurrió en el Ejército con el caso "milicogate" donde siempre o casi siempre se ha  optado por la protección de los sospechosos por medio de lo que se denomina "presunción de inocencia".

Todo esto forma el punto de decadencia moral en el que se encuentra actualmente Chile, difícil de resolver, porque cada vez que termina uno de estos escándalos, surje de inmediato otro. Es un cuento de nunca acabar.


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