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martes, 28 de junio de 2016

ESPAÑA TRAS LAS ELECCIONES DEL DOMINGO SIGUE PERDIDA EN UN LABERINTO

Sin Rajoy no sería posible salir del laberinto español
Por segunda vez en seis meses, los españoles estaban convocados a las urnas y nuevamente le dieron un triunfo al Partido Popular (PP), del jefe del gobierno español saliente, Mariano Rajoy. Con 137 escaños -14 más que en diciembre- el PP lidera la cantidad de diputados, pero sin llegar a la mayoría absoluta para tener control en el Parlamento (176). Ahora, la formación azul, que gobierna el país desde 2011, quedó en la misma encrucijada que en las elecciones pasadas: debe hacer pactos para llegar a formar gobierno. 

“Mi prioridad es buscar un gobierno estable con un amplio apoyo parlamentario”, dijo ayer Rajoy. “Estoy abierto a todas las fórmulas. No voy a renunciar a gobernar. El Partido Popular sigue dispuesto a dialogar, a hablar y a pactar”, agregó. Ahora, Rajoy busca convencer a los partidos para que lo vuelvan a investir en las próximas semanas.

Rajoy, quien se siente legitimado para gobernar, comenzó ayer a buscar apoyos. El mejor escenario para el PP es que el Psoe, que obtuvo el peor resultado de su historia con 85 escaños, lo apoye, a lo que llaman la gran coalición alemana. Pero Rajoy no ha logrado convencer a los socialistas. 
Ayer, el Psoe se negó a respaldar al PP. “No vamos a apoyar la investidura de Rajoy ni nos vamos a abstener”, dijo Antonio Hernando, portavoz socialista. “Le toca a Mariano Rajoy dar el primer paso y no estamos dispuestos a que sea el Psoe el que tenga la presión. Si quiere hablar, que lo haga con sus afines ideológicos”, agregó. El líder del Psoe, Pedro Sánchez, lo había afirmado antes de las elecciones: su partido no apoyará un gobierno conservador. 

Rajoy podría ofrecerle un pacto que le permita gobernar a cambio de ciertas concesiones en el programa de gobierno. Pero todo es incierto. De acuerdo al diario El País, los jefes territoriales del Psoe estarían debatiendo qué hacer en la sesión de investidura. 
Si no consigue la gran coalición que busca Rajoy, otra de las posibilidades es que Ciudadanos (C’s) lo apoye. El partido del catalán Albert Rivera obtuvo 32 escaños, ocho números menos que en las elecciones del año pasado -casi 400 mil votos menos respecto a los comicios anteriores-, pero aún le faltarían siete diputados a su favor, que podría obtener de partidos pequeños regionales. 

Para eso necesitaría que uno o dos diputados socialistas se abstengan en la sesión de investidura, ya que la legislación española establece que el candidato a jefe de gobierno debe presentarse a una votación de investidura en la que necesita una mayoría absoluta en el Parlamento. Si no lo consigue, 48 horas más tarde se celebra una nueva votación en la que bastaría con una mayoría simple, es decir, con que sólo el número de votos a favor supere los en contra, el candidato llegaría al Palacio de la Moncloa. Si tampoco lograra el apoyo, el aspirante habría fracasado y el proceso comenzaría de nuevo. El Rey Felipe VI propondría otro candidato, tal como le pidió a Pedro Sánchez en diciembre pasado. Si no funciona, podría incluso llamarse a unas nuevas elecciones.  


Albert Rivera llamó en la noche del lunes a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez para ofrecerles la apertura de una ronda de negociaciones a tres entre los equipos de Ciudadanos, PP y PSOE. No tuvo éxito. Esas dos llamadas, que suponen el primer intento de desbloquear la formación de Gobierno tras las elecciones generales del domingo último, fueron contestadas de muy distinta manera. El presidente en funciones, que acaba de ganar sus terceras elecciones seguidas (2011, 2015 y 2016), le trasladó a Rivera su intención de abrir una ronda de diálogo con todos los partidos en los próximos días, según la versión del gabinete del presidente de Ciudadanos. A su vez, el secretario general de los socialistas expresó que la iniciativa corresponde en estos momentos a Rajoy.

El resultado de las elecciones convierten al PSOE en el partido decisivo para la formación de Gobierno, aunque Sánchez se inclina por votar en contra del líder del PP. Ciudadanos, que logró 32 diputados, no tiene los votos suficientes para decidir el nombre de próximo presidente a través de un pacto bilateral, y además mantiene su negativa a facilitar que Rajoy se mantenga en el cargo. Como los dos partidos tradicionales no llegaron ni siquiera a reunir a sus equipos de trabajo tras las elecciones de diciembre de 2015, la formación de Rivera aspira a ejercer de intermediaria, y a ser garantía de que se impulsen cambios y reformas. Ese papel, sin embargo, dependerá de que el PP y el PSOE quieran incluirla en unas negociaciones que hoy siguen estando lejos de abrirse. El primer intento de Rivera no ha tenido éxito.

Rivera reafirmó ayer lo que había dicho durante la campaña, no respaldará ningún gobierno liderado por Rajoy. De acuerdo al diario El País, Rivera no pactará con partidos nacionalistas y apuesta por un pacto entre los tres conglomerados; PP, Psoe y C’s. “No hay ningún solo votante que no sepa que Ciudadanos no va a apoyar o estar en un gobierno en el que estemos pendientes de la corrupción”, dijo Rivera. “Si quieren contar con los votantes de Ciudadanos, tiene que saber que queremos cambios”. 
Rajoy busca comenzar a negociar esta semana, y pretende tener los apoyos necesarios antes de la instalación del nuevo Parlamento, el 19 de julio. Después de eso, sería recibido por el Rey Felipe VI, quien consulta a los líderes de los partidos para saber si creen tener los votos necesarios para la investidura, y propone su candidatura al Parlamento. Luego de eso, Rajoy busca tener gobierno a finales de julio o principios de agosto. 


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