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martes, 12 de enero de 2016

LOS ALEMANES COMIENZAN A PERDER LA CONFIANZA EN LA POLICÍA TRAS ATAQUES SEXUALES CONTRA MUJERES EN COLONIA Y HAMBURGO

Esta es la percepción de algunos organismos del Estado alemán tras los graves ataques ocurrido en la noche entre el año viejo y el nuevo.  Está la evidencia que al menos en Colonia hubo esa noche policías de civil que no hicieron nada en defensa de las víctimas o no pudieron afrontar a los agresores. 

El ministro del Interior de Renania del Norte Westfalia (NRW), Ralf Jägaer,  presentó al parlamento regional en Düsseldorf un informe sobre los hechos de Colonia y un análisis de los errores cometidos por la Policía.
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"Tras alcoholizarse y consumir drogas, algunos hombres creyeron poder abusar sexualmente de las mujeres que celebraban la llegada del nuevo año en Colonia”, resumió el ministro del Interior del estado de Renania del Norte Westfalia (NRW), Ralf Jäger, los acontecimientos de la víspera del Año Nuevo en la estación central de Colonia. La sesión extraordinaria había sido solicitada por la oposición que no quedó del todo satisfecha con las explicaciones del político socialdemócrata.
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Jäger insistió en que fue la Policía, y no el ministerio del Interior, la que cometió los inaceptables errores que dejaron a cientos de mujeres sin protección de seguridad. La investigación del ministerio concluyó que, prácticamente, “las víctimas fueron dejadas solas porque la Policía destinó muy pocos efectivos para la vigilancia del lugar, a pesar de haber podido pedir refuerzos, sin problemas”. Jäger dijo además, que haberle exigido el retiro al jefe de la Policía de Colonia, Wolfgang Albers, sigue siendo una medida adecuada.

"Abandonadas por la Policía"

Las denuncias en Colonia llegan ya a 516, según el ministro Jäger. Fueron ataques "coordinados", agregó.

Los incidentes del Año Nuevo en la estación central de Colonia han causado estupor en todo el mundo. Según la Policía, de una multitud de cerca de 1.000 hombres, salieron grupos que encerraron, manosearon y robaron a cientos de mujeres. Una situación dramática para las víctimas, dice el mismo informe. Los agentes de seguridad, sin los efectivos necesarios para controlar la situación, tuvo que presenciar los abusos sin poderlos evitar. “Un hecho que ha minado la confianza de las víctimas y la población en la Policía, dañando significativamente su reputación”, expresó el inspector en jefe de la Policía de NRW, Bernd Heinen. 
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Hasta ahora, 19 personas, ninguna de ellas con nacionalidad alemana, se cuentan entre los sospechosos, dijo el director de la oficina de investigaciones criminales de NRW, Dieter Schürmann. Diez de ellos son “solicitantes de asilo” llegados a Alemania en el último trimestre de 2015. Otros nueve sospechosos viven ilegalmente en Alemania y 14 de los 19 sospechosos provienen de Marruecos y Argelia.
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La policía de Colonia actuó de una forma “desafortunada” al no informar, desde un principio, sobre los graves acontecimientos. Un error que ha sido instrumentalizado sobre todo por la ultraderecha, que la acusa que haber querido “proteger a los refugiados”.
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Jäger reconoció que el total esclarecimiento de los delitos es “extremadamente difícil, debido al alto número de potenciales delincuentes” y advirtió que quien vincule directamente a los refugiados con los hechos de violencia en Colonia le abona el terreno a los extremistas de derecha.
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¿Venganza por los abusos de Año Nuevo?
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A propósito, Colonia registró el domingo una serie de ataques xenófobos. "Fueron delitos racistas. Un grupo de personas se reunió a través de las redes sociales con el objetivo de perseguir a los que parecieran no ser alemanes", indicó Norbert Wagner, de la Policía de Colonia, agregando que "esta es una señal alarmante, que nos tomamos muy en serio".


El ministro de justicia Heiko Maas condenó los ataques contra migrantes: "Aunque los ataques de Colonia y otras ciudades son abominables, hay que dejar en claro que no hay justificación alguna para ataques contra extranjeros".
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Señaló que "al parecer hay gente que estaba a la espera de hechos como los de Colonia".
El informe presentado este lunes por el ministro Jaeger señala que la combinación de violencia sexual en grupo, por un lado, y los robos, por el otros no se habían visto en Alemania.
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Destacó que ataques similares ocurrieron en otras ciudades alemanas, incluyendo Hamburgo.
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El informe describe una modalidad conocida en árabe como "taharrush gamea" que significa acoso sexual en grupo, y comparó lo que pasó en Colonia con hechos similares en la plaza Tahrir durante la revolución de Egipto en 2011.
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Una comisión ha sido designada para investigar el fenómeno y analizar cómo combatirlo.

Las agresiones sexuales masivas a mujeres registradas la pasada Nochevieja en Colonia y al parecer cometidas principalmente por extranjeros han sacado a la luz casos similares en Suecia y Holanda, mientras el Gobierno alemán advertía contra los intentos de instrumentalización por parte de la ultraderecha.

Manifestaciones en Leipzig
Las autoridades suecas anunciaron la apertura de una investigación sobre un caso de agresiones sexuales a cargo de un supuesto grupo de jóvenes inmigrantes en verano en un festival juvenil de Estocolmo, que la policía ocultó en ese momento.

El caso fue revelado por el diario Dagens Nyheter, que se remitió a informes internos enviados a la jefatura de la policía de Estocolmo que avisaron de numerosos episodios de ese tipo en agosto en el festival We are Sthlm.

Los partes aludían a jóvenes que “se restriegan” contra chicas, algunas de once o doce años; y de “toqueteos”, episodios que fueron aumentando y en los que se apuntó a una quincena de refugiados, “en especial de Afganistán”, que formaban parte de una banda.

En Holanda, la agencia central para la recepción de solicitantes de asilo de Holanda (COA) desaconsejó asimismo hoy a niñas menores no acompañadas visitar la iglesia eritrea ortodoxa en Rotterdam por un presunto riesgo de abuso sexual.

Según un medio local, la recomendación obedece a la existencia de “indicios serios” de que se han cometido abusos sexuales, ya que supuestamente al menos 22 menores de edad habrían quedado embarazadas tras ser obligadas a mantener relaciones sexuales.

En Alemania, la situación se tensó aún más este lunes, diez días después de las agresiones sexuales registradas en Nochevieja, a raíz de una serie de ataques xenófobos, al parecer coordinados a través de las redes sociales como “respuesta” a esos abusos.

Al menos dos paquistaníes y un sirio sufrieron lesiones en Colonia tras ser agredidos por grupos de hombres que se citaron por internet con el propósito expreso de “atacar a personas no alemanas”, informó hoy el portavoz policial, Norbert Wagner.

Su objetivo, según las investigaciones en curso, era “tomarse la justicia por su mano” por los sucesos de Nochevieja en la estación central de ferrocarril de la ciudad renana, donde hasta ahora se han presentado 516 denuncias, de las cuales 237 por delitos sexuales.

Según medios alemanes, quienes respondieron a esas llamadas eran principalmente “hooligans”, que se lanzaron sin reservas a la “caza del extranjero” por las calles de Colonia.

El ministro de Justicia, Heiko Maas, advirtió contra los intentos de la ultraderecha de instrumentalizar esos sucesos y llamó a “no dejar el campo libre a incendiarios extremistas”.


Perdida de confianza en el Estado de derecho

La exministra de Justicia Sabine Leutheuser-Schnarrenberger (FDP-Liberal), en una reciente entrevista con la Deutsche Welle, exigió el inmediato esclarecimiento de los hechos para mantener la confianza en las instituciones y "evitar una pérdida de confianza en el Estado de derecho".

La muerte de un refugiado que intentó incendiar un cuartel de la policía frfancesa, que vivía en un centro para refugiados en Alemania (en Recklinghausen) es un hecho más que revela que los últimos incidentes violentos están directamente relacionados con la ola de refugiados que ha llegado a Alemania y a Europa en general.

"Se trata de noticias que dejan en claro que en cualquier momento puede haber atentados terroristas en Europa, también en países vecinos. Esto tiene diversos aspectos y me produce sentimientos ambivalentes. Por un lado, en cuanto el fracaso total de las instituciones, pero, por otro lado está, por supuesto, la consternación por la magnitud de los ataques, algo que no se podía prever", agregó la ex ministra.
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¿Cuál piensa que sería la reacción adecuada a esos ataques? ¿Cuáles fueron los errores que se cometieron al respecto?
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En general, la información por parte de las autoridades policiales fue totalmente insuficiente. Eso refuerza a los que piensan que el Estado falló en ese sentido.  Pienso que esto es muy peligroso, por lo cual no debería haber ningún tema sobre el que no se informe de manera completamente transparente a la opinión pública.

En el debate sobre los ataques en Colonia se habla mucho sobre “espacios sin ley”. ¿Qué opina al respecto?
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No es correcto hablar sobre “espacios sin ley” de forma generalizada, pero no es la primera vez que no hay suficiente presencia policial en situaciones de crisis. Recuerdo muchos sucesos en los Estados federados del este de Alemania, donde los ciudadanos se sienten abandonados a la presión de personas de extrema derecha, agresivas y dispuestas a la violencia, porque casi no hay presencia policial. Esos son déficits que no debe haber en un Estado de derecho. Se los llame “espacios sin ley” o “falta de presencia policial”, al final, esa situación desemboca en una pérdida de confianza en el Estado de derecho, y ese es también el triste balance de los ataques de Nochevieja en Colonia.
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Algunos policías se quejan de que los castigos a los atacantes son demasiado leves. ¿Cómo lo ve usted? ¿Se puede hablar de condenas tendenciosas?

No veo que haya una Justicia tendenciosa; no le reprocharía eso a la Justicia alemana. Pero creo que es bueno que la Justicia sea consciente de la responsabilidad que conlleva su rol, también al poner en práctica todas las posibilidades para acelerar procesos y veredictos, ya que solo eso puede llegar a funcionar en este caso. Pero la Justicia no puede llevar a cabo procesos y emitir condenas si antes no se detiene a los sospechosos, y allí volvemos a ver el déficit en la Policía, que en la Nochevieja de 2015 no logró detener a muchos de los presuntos atacantes porque no había suficientes agentes en el lugar.

La Unión Demócrata Cristiana se mostró a favor de que se realicen más controles policiales sin tener necesariamente sospechas concretas. ¿Qué opina de eso?
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En primer lugar, los controles policiales sin sospecha concreta tampoco hubieran servido de nada en la noche de los ataques en Colonia. El control policial sin sospecha concreta ya se está poniendo en práctica en la frontera de Baviera. Está pensada para eso, por lo cual no me sorprende que ahora se esté debatiendo, así como un mayor control a través de cámaras de video. De hecho, se puede ordenar un control por video, para eso existen normas. No se debe dar la impresión a los ciudadanos de que aquí no se pueden hacer ese tipo de cosas. ¡Sí es posible hacerlas! Simplemente hay que decidirlo. No es necesario cambiar las leyes.
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¿Cómo se debe enfrentar la llegada de una gran cantidad de inmigrantes a Alemania? ¿De qué forma se podría hacer política de una manera inteligente?
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Alemania está esperando hace meses que se haga política de forma inteligente, pero esta no se hace, y lamentablemente tampoco el Gobierno la lleva a cabo, ya que todavía discute sobre si se puede recibir a 200.000 inmigrantes o a un número aún no determinado de ellos. No podemos medir a los refugiados solamente en cifras. Todos sabemos que no podemos cerrarles la puerta a los perseguidos políticos. Eso está prohibido por el derecho nacional e internacional. Angela Merkel tiene que mostrar por fin cuál es su plan maestro. No entiendo por qué aún no hay progresos en ese sentido.

Guerra campal en Leipzig
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La ciudad de Leipzig (este de Alemania)  se convirtió este lunes  en una representación a escala de lo que es actualmente la sociedad alemana. En esa ciudad del este de Alemania se congregaron miles de personas para participar en una manifestación de Pegida, el capítulo local de Patriotas Europeos Contra la Islamización de Occidente (Pegida, surgido en Dresde) y otras miles para defender la política de brazos abiertos que dispuso la canciller Angela Merkel para recibir a los refugiados que quieren vivir en Alemania.
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Pegida es descrito como un movimiento nazi que se opone con manifestaciones públicas lo que denominan la "musulmanización de Alemania".
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Pegida congregó a una enorme cantidad de personas que, azuzadas por los ataques ocurridos en la estación central de Colonia, que algunos atribuyen a extranjeros, exigen el cierre de las fronteras a los refugiados. Con carteles que decían “Resistencia”, “Depórtenlos” y “Nosotros somos el pueblo”, los manifestantes dejaron en claro que la política de “Refugiados bienvenidos” no es compartida por toda la ciudadanía.

Uno de los carteles expuestos mostraba a tres hombres armados con cuchillos acosando a una mujer, mientras otro declaraba “Islam=terror”. Para evitar enfrentamientos, la Policía desplegó una fuerte presencia de agentes y mantuvo siempre listos los cañones lanzaaguas para usarlos en caso de ser necesario. El dirigente de Pegida, Lutz Bachmann (recordado por haber posado como Hitler en unas fotos), llegó a Leipzig a apoyar la manifestación.
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Lukas Richter, uno de los manifestantes, dijo a la agencia AFP que lo sucedido en Colonia (donde cientos de mujeres fueron acosadas y asaltadas por hombres descritos como “árabes” y del “norte de África”) es una muestra más de una “violencia de los extranjeros que ha existido por años en Alemania”. A su juicio, “Merkel ha violado la Constitución y debe irse” y “el gobierno debe cerrar las fronteras y deportar a los inmigrantes ilegales”. Con esta demostración de fuerza, Pegida celebró el primer año desde que salió a las calles.
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Por otro lado, varios cientos de personas se congregaron para hacer frente a la movilización de Pegida, siguiendo un llamado del alcalde socialdemócrata Bukhard Jung, quien pidió crear una cadena de luces para demostrar la tolerancia y apertura de la ciudadanía. Según cifras divulgadas por la prensa local, a esta manifestación asistieron unas 2.800 personas. PLegida, en cambio, reunió a unos 2.000 simpatizantes.

Por otro lado, unos 250 ultraderechistas provocaron disturbios en las afueras de Leipzig, en coincidencia con las marchas del centro de la ciudad. El grupo de radicales violentos, identificados por la policía como "hooligans" de un club de fútbol local, lanzaron cohetes pirotécnicos, piedras y otros objetos contra ventanas, rompieron cristales y mobiliario urbano, hasta que la policía logró disolverlos.


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