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jueves, 26 de noviembre de 2015

Ensayo e Informe Especial de KRADIARIO

¿CÓMO EL ESTADO ISLÁMICO RECLUTA A MILES DE JÓVENES DESILUSIONADOS DEL SISTEMA CAPITALISTA PARA INTEGRARSE A LA LUCHA ARMADA?

Por Walter Krohne

El "califato", como sistema político único de la ideología del Islam,  no puede ser comparado con los gobiernos musulmanes de hoy, dicen los captadores de jóvenes en Europa, Estados Unidos o América Latina para convencer (o engañar), porque, argumentan que se trata de una  construcción política única basada en el concepto de ciudadanía sin importar etnicidad, género o creencia y se opone completamente a la opresión del cualquier grupo religioso o étnico.


El "califa" del Estado Islámico Abu bakr al-baghdadi.
No quiere aparecer como un terrorista ambicioso,
 sino como un gran califa
La tarea persuasiva tiene por objetivos convencer a miles de jóvenes que deambulan en los países occidentales, sin trabajo o en un estado de miseria económica o decadencia educacional o cultural o simplemente deprimidos o desilusionados con el sistema capitalista. Así los convencen  para que vayan a Siria para cambiar sus vidas recibiendo las promesas como incorporarse a una seguridad vital económica y recibir un trabajo, aunque este consista en prepararlos para morir asesinando personas o haciendo estallar bombas como ocurre en la actualidad. Todo esto se aleja de la realidad y lo peor es que los jóvenes ya incorporados no pueden retroceder o dar marcha atrás. En este sistema estatal extremista no hay arrepentidos porque los arrepentimientos se pagan con la muerte.

El califa es el líder que ocupa la cabeza del Estado en el califato. La autoridad para gobernar del califa debe ser otorgada con el consentimiento de la gente a través de un contrato de gobierno especial llamada bay'ah.  Sin este contrato no puede ser la autoridad máxima del Estado. Esto es totalmente contrario a la figura de un rey o dictador quien impone su autoridad por sobre la gente a través de coerción o fuerza, dicen los portavoces del Estado Islámico (EI). Los reyes tiranos y dictadores en el mundo musulmán son un gran ejemplo de esto, encarcelando y torturando a su propia gente y usurpando sus riquezas y recursos, agregan. Esto, al menos en el EI, se contradice totalmente con el actuar permanente y con lo que se dice, en relación a las ejecuciones, secuestros y asesinatos y a la violencia y la guerra que trasmiten o llevan a la práctica sus soldados.

Este contrato (bay'ah) estipula que el califa debe ser justo y que debe gobernar a la gente con la Ley Islámica. No es soberano y no puede legislar leyes a su favor y conveniencia personal o la de su familia. Cualquier ley que desee pasar debe derivarse de las fuentes legales islámicas a través de una metodología precisa y detallada llamada ijtihad. Si el califa llegase a legislar cualquier ley de manera contraria a la forma mencionada o comete alguna opresión en contra de su pueblo, la corte más alta y más poderosa en el Estado, llamada la Corte de Actos Injustos, puede destituirlo y ordenar su salida del mando. Hoy la situación y realidad son diferentes porque no hay leyes ni regulaciones en el cobro de impuestos y así a los trabajadores y empresas familiares se les quita la mitad de sus ganancias que se destinan al fondo que tiene el EI para sus operaciones de alto costo.

Igualmente se dice que el califato no es una teocracia y el califa, autoridad máxima del Estado, ha sido igualado con el Papa, quien es el líder espiritual de todos los musulmanes, infalible y escogido por Dios. Este no es el caso, ya que el califa no es un cura, especialmente que cuando hablamos de teocracia estamos pensando en un sistema político en el cual los sacerdotes o los príncipes, en su calidad de ministros de Dios, ejercen el poder político. En el caso del actual califa del IE o ISIS (según la sigla en inglés) se trata de una posición ejecutiva en el gobierno islámico. El califa no es escogido por Dios sino que supuestamente "elegido por la gente", lo que tampoco es real, al menos en el caso del EI.

Las campañas del ISIS plantean que el progreso económico y la mejora de las condiciones de vida de la gente es uno de los principales objetivos. Esto es completamente contrario a teocracias reaccionarias, medievales, que existieron en Europa en donde los pobres eran oprimidos y obligados a trabajar y vivir en miserables condiciones a cambio de la promesa del Cielo. Históricamente el Califato fue un estado muy rico con una floreciente economía, alto estándar de vida y líder mundial en industria y estudios científicos durante varios siglos. Hay que corregir en este punto que este tipo de gobierno o de estado no fomenta nada, sólo espera aporte de los "contribuyentes" para comprar armas y matar a occidentales.

Origen del califato 

El término califato fue inicialmente liderado por los discípulos de Mahoma como una continuación del sistema religioso establecido por el Profeta, conocido como 'Califatos de Rashidun'. Un "califato" es también un estado que implementa este tipo de sistema político.


La historia del mundo ha registrado seis califatos (incluyendo la pretensión del EI): Cuatro Califas Ortodoxas (632-661). Elegidos por la comunidad. Único califato reconocido por sunitas y chiítas; Califato Omeya (661-756).  Primer califato hereditario de orientación sunita. Su capital fue Damasco; Califato Abbasi (756-1258). De orientación  sunita. Su capital fue Kufa (756-762), luego Bagdad  (762-1258) y finalmente El Cairo (1258-1517); Califato Fatimí (909-1171). De orientación chiíta. Sus capitales fueron Kairuán  (909-973) y El Cairo (973-1171). Califato Omeya de Córdoba (929-1301). De orientación sunita; Califato Otomano (1517-1924). De orientación sunita. Sus capitales fueron Edirne y Estambul (1453-1924). Turquía abolió el califato en la reforma constitucional de 1926. En la actualidad, el único pretendido califato existente es el del grupo terrorista autodenominado Califato del Estado Islámico sin reconocimiento internacional y con capital en Al Raga.

El pretendido Califato del EI cuenta con millonarios ingresos económicos, que le pèrmiten reservas por  cerca de 2.000 millones de dólares. Entre ellos se cuentan las ganancias del petróleo de yacimientos ocupados y pertenecientes a Siria e Irak que venden a mitad de precio en el mercado negro mundial.

Los anuncios para atraer seguidores dicen que el califa puede ser de cualquier raza o color o perteneciente a cualquier escuela de jurisprudencia así como sunita o chiíta, siempre que sea musulmán. Esto no se demuestra en la práctica porque los intgrantes del Estados Islámico, especialmente los jerarcas, provienen principalmente de la rama sunita del islamismo y persiguen a los chiitas. Históricamente la capital del califato se fue cambiando a medida que éste se fue expandiendo. 

Los no musulmanes tienen un status honorable en el califato. Los no musulmanes son llamados dhimmi (gente de contrato), lo que significa que disfruta completamente de su derecho de ciudadano. Sin embargo todos los días son asesinados jóvenes que llegaron alguna vez a Siria para integrarse al ISIS, para el cual trabajaron y mataron. La realidad en este punto está lejos de lo que se señala, al menos no en un estado extremista como el ISIS.

Los reclutas son europeos, jóvenes y jovencísimos musulmanes, a menudo nacidos en Europa, por lo que no necesitan trasladarse. También en la Red se lleva a cabo parte del adiestramiento: es posible planificar un atentado en un chat y entrenarse como guerrillero con una amplia gama de videojuegos. De ahí que el coste unitario de los atentados terroristas en Europa haya descendido.

Los derechos de los no musulmanes - dice la publicidad-  son consagrados y estipulados en la Ley Islámica (shari'a) y no pueden ser revertidos por procedimientos legales o por el capricho de cualquier gobierno. Esto provee estabilidad y seguridad a los no musulmanes, permitiéndoles vivir sus vidas sin miedo a perder sus derechos en algún tiempo futuro. Compara esto con los gobiernos de Occidente que promulgan leyes anti-terroristas más y más draconianas apuntando a la comunidad musulmana en el nombre de combatir al terrorismo y seguridad nacional. Sin embargo, todo esto son palabras que arrastran otras palabras, porque bajo este sistema la muerte es una amenaza permanente que afecta sin proceso alguno o posibilidades de autodefensa a todos los habitantes de un Califato, especialmente a los no musulmanes.

La cuestión económica
    
Desde hace varios meses, el ISIS está rentabilizando también el éxodo de los refugiados. Son millones y millones de dólares. Este es el último y surrealista giro del conflicto sirio. 
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Tras el estallido de la guerra civil en 2011, el negocio de los secuestros experimentó una enorme expansión. Para financiarse, las bandas de delincuentes y los grupos yihadistas secuestraban a sirios acomodados, a veces durante unas horas, para dejarlos en libertad a cambio de jugosos rescates. A medida que los sirios más ricos se fueron a Turquía y Líbano, los secuestradores trasladaron su atención a los occidentales, a los que muchas veces revendían a grupos armados más fuertes como el Estado Islámico o Al Nusra, la sucursal de Al Qaeda en Siria, (lidera la lucha armada de guerrilla contra el régimen del presidente Al Assad con aproximadamente cinco mil combatientes). Estas organizaciones disponen de la capacidad, la estructura y los fondos necesarios para tenerlos prisioneros incluso durante periodos prolongados, y además saben cómo utilizar los rescates durante las negociaciones con las potencias occidentales.

En resumen, ISIS obtiene fondos millonarios de los secuestros, el contrabando y ahora, además —último y surrealista giro del conflicto sirio— del tráfico de refugiados y el éxodo de inmigrantes causado por la desestabilización del Cercano Oriente.

Quince meses después del inicio de la campaña de bombardeos por parte de la gran coalición del presidente Obama, los seguidores europeos del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) vuelven a golpear en París y causan una matanza. Es evidente que el reclutamiento y la radicalización de los militantes avanza a buen ritmo. El Estado Islámico no deja de asombrarnos, y las dos cosas que más estupefacción nos producen son la capacidad que tiene de autofinanciarse y lo barata que resulta la radicalización en Europa.

¿Cómo hemos llegado a esta situación?

Una parte de la respuesta a esta pregunta es la riqueza acumulada por el Estado Islámico que ya no es un misterio para nadie. El año pasado se dio a conocer que este grupo yihadista gana más de tres millones de dólares al día con el contrabando del petróleo, tráfico de personas, robo y extorsión.

La cifra fue entregada por un agente de inteligencia de Estados Unidos, quien dijo en esa oportunidad que sus recursos superan a los de "cualquier otro grupo terrorista en la historia". 
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El EI o ISIS ha tomado amplias extensiones de Siria e Irak llegando a controlar hasta once campos petrolíferos en ambos países. La organización vende petróleo y otros bienes a través de redes de contrabando utilizadas  bajo las narices de algunos de los mismos gobiernos a los que combate: Jordania, Turquía y la zona norte de Irak controlada por los kurdos.
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Por ejemplo el crudo se vende a un precio que está entre los 25 y 60 dólares el barril que normalmente costaría más de 100. Además, han ganado cientos de millones de dólares sacando de forma clandestina antigüedades de Irak para venderlos en Turquía. Otros millones más los han obtenido por el tráfico de personas, especialmente mujeres y niños a quienes ofrecen como esclavos sexuales.
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En mayo de este año, el New York Times publicó las cifras de las finanzas de ISIS que fueron estudiadas por la ONG Rand. Según este análisis, el Estado Islámico es una enorme máquina militar que controla, bajo un régimen de terror, a ocho millones de personas, esclavizando a mujeres y niños y extorsionando a ciudadanos de todo tipo de países.

Las finanzas de ISIS han sido estudiadas por la ONG RAND y en 2014 venían las siguientes partidas:

•US$600 millones de extorsión e impuestos en Irak. ISIS roba hasta el 50% de los salarios de los trabajadores (públicos y privados) iraquíes en las zonas que controla, y esa es la principal fuente de ingresos de este grupo terrorista (US$300 millones estimados). ISIS introduce además un impuesto de hasta el 20% de los ingresos a las empresas y familias que están bajo su califato de terror.

•US$500 millones robados de los bancos públicos iraquíes.
  
•US$100 millones de venta de crudo robado. ISIS roba crudo en Irak y Siria y lo vende, según Gulf News, a traficantes turcos y nigerianos a 25-30 dólares el barril.
  
•US$20 millones por secuestros.

Pero no sólo de ahí vienen los recursos del grupo terrorista. Esto ya que además, según algunos expertos, esta agrupación recibe armas desde otros países.
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En conversación con Cooperativa, el profesor del Centro de Estudios Árabes Eugenio Chahuán dijo que aunque el EI no tiene mucho apoyo popular, el uso de la violencia permite que controlen los lugares donde están situados. Además, añadió que "han sido fortalecidos desde el exterior", recibiendo financiamiento y armas desde países vecinos e incluso desde Estados Unidos.

Por otra parte, en 2014 en conversación con el diario español El Mundo, el politólogo Hasan Hasan dijo que ISIS se beneficia de las donaciones particulares de hombres acaudalados del mundo musulmán que creen en el proyecto del Estado Islámico, y que provienen principalmente de países del Golfo Pérsico, como Arabia Saudita, Qatar y Kuwait.

"La financiación, como hemos sabido, proviene de 40 países, entre ellos varios países del G20", dijo el presidente ruso Vladimir Putin al término de la reciente cumbre del grupo que se celebró en Turquía.
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Muchos millones

En total, se calcula que el Estado Islámico ha obtenido entre 70 y 100 millones de dólares 
en rescates, es decir, mucho menos de los 200 demandados en el caso de los dos japoneses Kenji Goto y Haruna Yukawa. Está claro que el objetivo era cortarles la cabeza y hacer circular en Internet el vídeo de la ejecución para humillar al Gobierno japonés y aterrorizar a la población. Para el califato, al contrario que para otros grupos yihadistas, los secuestros no son una fuente importante de ingresos. Por otra parte, la ejecución de un rehén representa una pérdida neta, porque no permite recuperar ni siquiera el dinero pagado para comprarlo y mantenerlo en prisión.

Según un mediador europeo que negoció en 2014 el rescate de varios rehenes, los
europeos han pagado entre uno y seis millones de dólares por rehén. Y todavía son más bajos los rescates exigidos por prisioneros no occidentales, como los empleados de la Embajada turca en Mosul, capturados tras la conquista de la ciudad a manos de las milicias del ISIS. vídeo de la ejecución para humillar al Gobierno japonés y aterrorizar a la población.
Es un modelo horizontal y orgánico: los terroristas deciden cómo atentar y cómo obtener fondos. Es difícil establecer el valor de cada rehén en el mercado sirio, pero los estadounidenses y los británicos son los más caros, y es probable que el ISIS llegara a pagar 100 millones de dólares por James Foley y John Cantlie. Mucho menos debieron de costar los dos japoneses, capturados antes de que el primer ministro japonés Shinzo Abe prometiera 200 millones de dólares en ayuda humanitaria para los afectados por el conflicto. En ese momento, dejaron de ser simples rehenes para convertirse en peones políticos en manos del ISIS.
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El negocio de los rehenes occidentales ha sido una fuente de financiación desde 2012. Si embargo, desde ahora se ha vuelto mucho más rentable el tráfico de refugiados. Basta tener en cuenta dos datos: uno, que el viaje hasta Grecia cuesta entre 5.000 y 7.000 euros por persona, según el método de transporte. Eso significa un beneficio mensual para los traficantes de aproximadamente 100 millones de euros. Y otro, que a eso se añaden las llamadas "economías de escala". Los mismos camiones con los que se traslada a los sirios a través de Turquía vuelven llenos de productos de contrabando que no se encuentran en el mercado sirio, como harina para fabricar pan o pilas eléctricas. La compra se hace con el dinero en efectivo que los refugiados han pagado a los traficantes.
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Cada día, una flota de camiones, camionetas, autobuses y automóviles atraviesa los pasos fronterizos entre Siria y Turquía controlados por el ISIS, que cobra una tasa por cada refugiado, obra de arte, barril de petróleo, etcétera, que sale de Siria, y otra por cada cargamento de contrabando que entra. Se calcula que el negocio proporciona al Estado Islámico entre 300.000 y 500.000 euros semanales, según el número de personas y el valor de las mercancías.

El apoyo de la tecnología
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Todo es posible gracias a la tecnología, las armas baratas y la captación de yihadistas europeos.

A juzgar por los motivos alegados por los autores de los atentados de París, los bombardeos sobre Siria e Irak contribuyen a facilitar el reclutamiento de combatientes en Europa con un coste ridículo. Fuera por el 11-S o por los atentados de 1998 contra las Embajadas estadounidenses en África, el mayor gasto que tenía Al Qaeda era el de la radicalización y el adiestramiento de los terroristas. Hoy, el adoctrinamiento del ISIS se lleva a cabo sobre todo en la Red, y con caso un cero costo.

El califato no necesita utilizar el modelo piramidal de Al Qaeda, con un cerebro central que decidía y financiaba en su totalidad las operaciones. Al contrario, el ISIS utiliza un modelo horizontal y orgánico: deja a los terroristas dispersos por el mundo la libertad de decidir los atentados, cómo realizarlos y cómo financiarlos. Todo ello es posible gracias a la tecnología, la amplia oferta de armas a precios muy asequibles y la popularidad del yihadismo en Europa y el resto del mundo. 

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