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lunes, 14 de octubre de 2013

14-10-2013-KRADIARIO-EDICIÓN N° 874
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LA NEGOCIACIÓN CLAVE IRANÍ CON EL CONSEJO DE SEGURIDAD Y ALEMANIA SOBRE SU ARSENAL NUCLEAR
El manejo interno de Irán de la política y la diplomacia
Por Martín Poblete (*)
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Para un observador lejano lo más impactante de Irán sea quizá  el carácter  religioso de su Revolución, el Estado  se define como república islámica, su más alto dignatario  lleva el título de Líder Supremo, actualmente el Ayatola Ali Jamenei.
A su vez, los jefes del gobierno también han sido clérigos salvo dos excepciones, en el período revolucionario el Presidente Abolassahn Bani-Sadr, actualmente viviendo su exilio en París, y el ex-presidente Mahmoud Ahmadineyad, a ellos se agregan algunos políticos seculares en el Parlamento.
La coexistencia del predominio de las categorías de análisis absolutas de la religión, con las variables cambiantes, transitorias, de la política en un Parlamento elegido democráticamente, resulta de difícil comprensión para  la racionalidad occidental.
El ex-presidente Ahmadineyad  toleró serias alteraciones al proceso electoral en su reelección hace cuatro años, muchos iraníes  salieron a las calles a protestar con aquella frase "¿dónde está mi voto?", esas irregularidades lo inhabilitaron ante la gente impidiéndole buscar otro  mandato.
En su lugar, en una elección considerada correcta, fue elegido por mayoría absoluta el Reverendo Hasan Rouhani, llevando por pieza central de su propuesta la de mejorar las relaciones con Occidente y negociar los asuntos ligados al desarrollo nuclear con Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, marcando de inmediato drásticas diferencias con la retórica provocativamente confrontacional de su antecesor. 

Antes de lanzar su candidatura presidencial, el Reverendo Rouhani era el principal negociador iraní en temas nucleares, obtuvo un doctorado en derecho internacional en la Real Universidad de Escocia en Edimburgo, y cursó dos semestres sobre investigación y desarrollo de energía nuclear en el Cavendish Institute de Cambridge University.   En el marco interno, el Presidente Rouhani fue elegido con el respaldo explícito de dos expresidentes, los Ayatolas Mohamed  Yatami y Hashemi  Rafsanyani;  hasta dónde es posible saberlo, el Presidente Rouhani cuenta con el respaldo del Líder Supremo Ayatola Ali Jamenei.

Desarrollo nuclear es un asunto clave

El asunto clave de la cuestión iraní es la profundidad y avance del programa de investigación y desarrollo de tecnologías nucleares. 
Esto comenzó bajo el primer gobierno del Presidente estadounidense  Richard Nixon, cuando se le vendió  a Irán, gobernado entonces por el régimen monárquico del Shah Reza Pahlevi, un reactor pesado de características experimentales  instalado en un suburbio de Teherán. Cabe explicar que los reactores pesados no sirven para generar electricidad, producen entre otras cosas plutonio y uranio parcialmente enriquecidos, materiales básicos para la fabricación de bombas atómicas tipo Hiroshima. 
El programa nuclear iraní lleva más de cuarenta años de trabajo, estuvo  interrumpido por la revolución Islámica Shía del Ayatola Jomeini, fue reanudado a mediados de la década de 1980 con el retorno de la mayoría de los científicos exiliados.   Como en todo programa de tecnologías nucleares, la lógica de la ciencia impone su propia dinámica evolutiva.
En la década de 1990, Irán inauguró su segundo reactor pesado en Malaver, comenzando simultáneamente la construcción de una fortaleza subterránea bajo la montaña de Fordow, albergando varios miles de centrífugas destinadas a obtener plutonio y uranio inerte proveniente de reactores ligeros, para su posterior enriquecimiento. 

Por otra parte, Irán tiene reactores ligeros en plena operación en Busher, Dharkovin y Esfahan, en esta última localidad se halla un centro tecnológico nuclear complementado por una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, además de un reactor pesado en construcción en Arak.   Esta es la clave ineludible de la cuestión iraní que  limita la capacidad de maniobra del Presidente Barack Obama y su Secretario de Estado John Kerry, especialmente frente al Congreso;  agita las obsesiones y temores israelíes y sauditas; arrinconando al gobierno del Reverendo Rouhani con un tema insoslayable.
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Sanciones de EE UU
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Sin embargo, las partes involucradas deberán encontrar la manera de distinguir lo negociable, y negociarlo.  Las sanciones impuestas  por Estados Unidos que son materia de autoridad presidencial, debieran ser manejables, también las impuestas por la Unión Europea según el memorándum de su alta representante de Política Exterior Catherine Ashton (la baronesa Ashton de Upholland), que exije a Irán  aceptar la verificación intrusiva de su proclamada intención de abstenerse de construir armas nucleares, y de los eventuales acuerdos por lograrse.
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Las sanciones unilaterales impuestas a Irán por EE UU mediante leyes aprobadas en el Congreso, podrían ser el  obstáculo más serio en las negociaciones.  Tomando por referencia lo sucedido con Cuba, nos parece un error del Presidente Barack Obama haber negociado con y en el Congreso las más estrictas de las sanciones impuestas a Irán; levantar un Acto del Congreso es tarea muy dura, complicada por los agentes de influencia y gestores profesionales actuando sobre senadores y congresistas limitando su independencia de criterio.  

En este sentido, en un artículo publicado por el diario estadounidense Washington Post el viernes 27 de septiembre, escrito por los senadores Robert Menéndez, demócrata,  presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y Lindsay Graham en representación de la minoría republicana, apunta claramente a exigir una humillación de los iraníes previo a cualquiera negociación:  Asimismo, según el diario New York Times del 11 de octubre, el  Comité de Asuntos Bancarios del Senado tiene en tabla una nueva ley de sanciones contra  Irán descritas como "draconianas", las cuales ya fueron abrumadoramente aprobadas por la Cámara de Representantes;  en el lenguaje coloquial del Senador republicano Mark Kirk, "es el momento de aumentar la presión en vez de reducirla".
El trabajo “aperrado”  comienza mañana  15 de octubre en Ginebra.  Concurrirán Irán de una parte, y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania (The P5+1) . La posición negociadora del representante iraní Abbas Araghchi fue expuesta ayer a RTV francesa: “Podemos negociar sobre la forma, la cantidad y el nivel de enriquecimiento de uranio,  pero enviar al extranjero nuestra producción  constituye nuestra línea roja".

Habrá tres partes involucradas físicamente ausentes pero igual muy presentes:  el Congreso de los Estados Unidos;  el Gobierno de Israel, cuyo Primer Ministro Benjamín Netanyahu insiste en "parar completamente el enriquecimiento de uranio y mantener las sanciones económicas (New York Times 11/10)"; y el Reino de Arabia Saudita, un Estado con religión oficial, la rama Wahabí del Islam,  la locomotora Saudí tira de tres carros:  Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Bahrain.
Para nosotros en Chile, país importador neto de petróleo crudo, el éxito en las negociaciones de los P5+1 con Iran traería considerable alivio a las  presiones alcistas en los precios de los productores del Golfo Pérsico, sacando del cuadro internacional incertidumbres sobre las cuales no tenemos ningún control, pero sufrimos las consecuencias.  

(*) Profesor de historia, Fordham University  Nueva York 1981.    Ejerció en Rutgers University  (Universidad del Estado de New Jersey), New Brunswick NJ.   Director del Seminario Latinoamericano de Columbia University, Nueva York, 1998-2009.

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