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martes, 24 de septiembre de 2013

24-9-2013-KRADIARIO-EDICIÓN N° 871

EL HOMENAJE A RICARTE SOTO: 1952-2013
Pasada las siete de la mañana del viernes 20 de septiembre  falleció en la Clínica Santa María de Providencia el destacado periodista Ricarte Soto -de 61 años de edad-, víctima de un cáncer de pulmón que lo mantuvo internado en este centro asistencial durante los últimos 10 días debido a un agravamiento de su enfermedad.
Su velorio se realizó en dependencias del cementerio Parque del Recuerdo, lugar donde sus restos fueron cremados el sábado.

Una fuerte personalidad
Un hombre exigente, crítico y muy observador. Así era Ricarte Soto, quien además siempre se encargó de dejarlo claro cuando se refería a algún tema desde la tribuna del programa "Buenos Días a Todos", el matinal de TVN en que trabajó los últimos 10 años.

En 2010, el periodista fue diagnosticado con un cáncer al pulmón, enfermedad que la consideró como "una traición", porque había dejado de fumar hacía una década y cambió ese hábito por una rutina de ejercicios y constantes chequeos médicos. Aun así, mantenía su adicción a la nicotina y siempre guardaba en el bolsillo de su chaqueta unos cuantos chicles.
Ese mismo año fue sometido a una compleja cirugía en que le extrajeron un pulmón y dos costillas, para luego seguir con un tratamiento de cuatro quimioterapias, y que resultó exitoso. Sin embargo, en 2012 le fueron descubiertas dos células malignas en el páncreas y el cerebro. A pesar de eso, Ricarte siempre mantuvo una gran fortaleza y incluso era enfático al contestar sobre el estado de su enfermedad: "No le tengo miedo, sino una rabia infinita".

Además, se dio tiempo para liderar la campaña que dio vida a la "Marcha de los Enfermos", en que miles de personas se manifestaron en pleno centro de Santiago para exigir al Estado solución al abandono económico en que quedan las familias afectadas por enfermedades de alto costo.
Sus comienzos
Ricarte ejerció como periodista desde los 15 años y tuvo la oportunidad de escribir boletines de noticias al escritor Manuel Rojas cuando vivía a unas cuadras de él en Buenos Aires, Argentina. Después del golpe de Estado de 1973 se trasladó a Francia con su padre, el cineasta Helvio Soto, y posteriormente estudió Historia en la universidad mientras trabajaba de nochero en un hotel.
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Su carrera periodística comenzó oficialmente al ganar un concurso de Radio Francia Internacional, tras lo cual también se convirtió en redactor político de medios escritos; asimismo, fue corresponsal en París de Radio Cooperativa. En Radio Francia también conoció a su esposa, la periodista argentina Cecilia Rovaretti.

Soto regresó a Chile luego del retorno de la democracia y no le fue fácil ejercer, pero finalmente logró establecerse en Radio Monumental. En 2002 fue panelista del programa "Con mucho cariño" de TVN, dirigido por Mauricio Correa, participación que lo llevó al "Buenos Días a Todos" ese mismo año. En el matinal se convirtió en un respetable comentarista de farándula y fue uno de sus iniciadores, aunque siempre marcando un estilo crítico, irónico e irreverente, mostrando un carácter muy singular para encarar hasta sus propios compañeros.
El periodista también fue militante del Partido por la Democracia (PPD), escribió en la sección de opinión en el diario La Nación y se desempeñó como docente.

Reflexión de vida
Durante su último mes de vida, Ricarte en el programa "Más Vale Tarde" de Mega realizó una reflexión sobre su condición haciendo hincapié en que la enfermedad ha dado paso para descubrir nuevas aspectos en la relación con su esposa y especialmente con su hija, María Alcira. Así llegó a afirmar que había sido una persona egoísta y autoritaria, pero ahora era feliz porque instauró una convivencia más sana en su familia. Ricarte Soto aseguró: "Creo que es mejor fallecer antes de tiempo habiendo establecido ese tipo de relación que morir mucho más tarde sin haber establecido ese tipo de relación".

¿Cuántos Ricartes más tienen que morir?
Por Catalina Del Real Mihovilovic
Muchos chilenos ven con tristeza y admiración la partida de Ricarte Soto, un grupo no menor la vemos además con impotencia y por qué no decirlo con vergüenza.

Fue necesario que un destacado periodista con cáncer de pulmón, sacara a la calle a los enfermos para que las autoridades nacionales se enteraran de que los chilenos no pueden pagar los medicamentos que les permiten seguir con vida.
Ahora que Ricarte falleció, se anuncia con orgullo que gracias a él y su lucha, se creará un Fondo Nacional de Medicamentos que llevará su nombre y que ayudará a todos los que lo necesiten.

Si así funciona Chile, debemos esperar que otra respetada figura pública se enferme de algo grave, para que nos demos cuenta que muchos enfermos mueren porque no pueden pagar los costosos tratamientos que requieren para seguir viviendo.
¿Cómo podemos sentirnos orgullosos del plan Auge, si es tan discriminador? Sólo 80 enfermedades están cubiertas por el sistema, o sea, eres afortunado si padeces cáncer gástrico o cáncer cérvico uterino, pero hay de ti y tu familia si llegas a padecer Mal de Crohn o Mieloma múltiple, porque tendrás que asumir que por lo bajo pagarás más de 1 millón de pesos mensuales, que para la gran mayoría de los chilenos significa una catástrofe económica.

Hoy tenemos enfermos de “primera categoría” que están en el Auge, “enfermos de segunda categoría”, que están fuera del Auge, e incluso de “tercera categoría” los cuales no sólo no están en el Auge sino que sus enfermedades ni siquiera están codificadas por lo cual todo remedio y tratamiento debe ser asumido en forma particular.
La respuesta para ellos no puede ser “estamos avanzando”.
Es hora que los políticos trabajen por los temas urgentes y den prioridad a las necesidades básicas de la población, la salud no puede esperar. ¿Dirán que no hay recursos? Sólo hay que abrir los ojos, las próximas elecciones costarán al fisco US$60 millones, el BancoEstado otorgó a la candidata Bachelet un préstamo de casi 5 millones de dólares y cómo omitir que cada diputado y senador chileno gana más de 4 millones de pesos, sin contar las asignaciones y algunos quieren aumentar el número de ellos en el Congreso.

Perfecto, si el resultado de ello fuese, entre otras cosas, que los chilenos ricos y pobres tengan real derecho a una salud de calidad y a seguir viviendo.
Por ahora esa tarea les quedó grande y la tuvo que hacer Ricarte Soto, quien no alcanzó a disfrutar el resultado de su digna y ejemplar lucha.

Ricarte Soto, un hombre bueno, justo y solidario
Por Domingo Namuncura
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Cuando un buen amigo se va, se suma a la impotencia una cierta rabia por el destino. ¿Por qué tienen que irse tan pronto los justos? Estuve en el Parque del Recuerdo, como muchísimas e incontables personas, acompañando a Ricarte, a Cecilia, su familia y amigos más cercanos. No éramos amigos en el sentido lato del término; más bien, conocidos.

El participó muy activamente en diversos eventos del PPD, lo escuchamos como independiente en nuestras reuniones. En alguna ocasión lo tuvimos en las listas de candidatos al Parlamento.Era de los nuestros, figuradamente, porque en realidad Ricarte Soto pertenece a todos.
Me di cuenta más ampliamente el sábado. Muchos como yo, cientos de los que llegamos al cementerio, estuvimos ahí porque Ricarte nos había conquistado con algo simple: su sencillez, su dura lucha contra el cáncer y a pesar de ello, por su entrega heroica a una causa que muchos políticos habían omitido. Estuvimos ahí como si lo hubiésemos conocido desde siempre, por su voz en la radio, por su defensa de los derechos humanos, por su crítica constante a las malas prácticas políticas, por su versatilidad en las pantallas de TV, por su incondicionalidad con los más débiles. Un hombre bueno, justo y solidario.
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Escuchamos el sábado varios testimonios de amigos entrañables y colaboradores cercanos que abrieron varias puertas y ventanas de su biografía, y la tristeza no era sólo por su partida, sino porque tuvo que partir y aún cuando dejó un gran legado, Ricarte es de aquellos que tenían que seguir entre nosotros.

El ministro de Salud leyó unos pensamientos de varios autores sobre la muerte. Para los cristianos la muerte es una pascua, un paso a la eternidad. Luego asumió el compromiso, entiendo que a nombre de todo el Gobierno, de dar rápido y especial impulso a la Ley que creará el Fondo Nacional de Medicamentos.  Narró que en sus últimas conversaciones con Ricarte en la Clínica éste discutió de manera firme algunas indicaciones que había que despejar con el riguroso ministerio de Hacienda. Y tal vez, sin querer el Ministro dio a conocer esa faceta intensa de un luchador, preocupado de su lucha hasta el último aliento.
Son pocos los hombres y mujeres que pueden dejar un legado de virtud y dignidad en la vida. Su huella resulta siempre imperecedera: damos gracias a la vida por el regalo que nos dio en Ricarte Soto.

Lo recordaremos siempre, y cada enfermo y su familia, que podrán recurrir pronto al Fondo Nacional de Medicamentos que llevará su nombre, habrá de saber que esa conquista se debe a la tenacidad, al valor, a la solidaridad de un hombre y un ciudadano que en medio de su propia lucha libró una batalla de miles.
Son muy pocas las personas así. Muy excepcionales. Y es una pena que tengamos que despedirlos.
Fuente: Radio Cooperativa

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