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viernes, 12 de abril de 2013

Pronostican triunfo de Maduro, pero con fuerte baja de votos

VENEZUELA DECIDE EL DOMINGO ENTRE LA CONTINUIDAD DEL CHAVISMO O UN GOBIERNO DE CENTRO DERECHA

Venezuela mira a partir de hoy directamente hacia las urnas luego de que anoche los dos principales candidatos a la presidencia, el oficialista y ex sindicalista Nicolás Maduro, y el opositor multimillonario Henrique Capriles, cerraran sus campañas con sendos actos en Caracas y en localidades del interior del país.

Maduro logró aglutinar a miles de simpatizantes -que el gobierno estimó en tres millones de asistentes, el triple de la cifra admitida por la oposición- sobre la céntrica avenida Bolívar, en la que el domingo anterior Capriles había concluido sus mitines en esta capital.

Maduro se comprometió a profundizar el legado del presidente fallecido el 5 de marzo víctima de un cáncer, Hugo Chávez, cuya imagen apareció en varias partes del acto con videos y grabaciones de campaña. Fue central en el acto el pasaje de la filmación del 8 de diciembre de 2012, poco antes de partir para Cuba donde fue operado por su enfermedad, en el que Chávez enuncia sus últimas palabras públicas con las que unge a Maduro como su sucesor y pide a los venezolanos que voten por él.

En su mensaje ante una marea roja concentrada en la avenida Bolivar y en calles adyacentes, maduro apeló a la emotividad, a la mística de la continuidad de la Revolución Bolivariana, pero siempre intercalando alusiones a la oposición, a "los burgueses", y a los principales temas de preocupación de la sociedad venezolana.

"Si quieren saber cuál es mi plan de gobierno aquí está, éste es el Plan Patria redactado de puño y letra por nuestro comandante", dijo mostrando a la multitud un cuadernillo impreso. "Me comprometo a ser el presidente que de seguridad a los venezolanos", dijo Maduro.

Como en Venezuela el voto no es obligatorio, Maduro se preocupó reiteradas veces por convocar a los ciudadanos a votar el domingo.

En tanto, Capriles, cerró su campaña en San Fernando y Acarigua, capitales de los estados Apure y Portuguesa, y sus simpatizantes clausuraron la jornada con 312 caravanas (caminatas) en todo el país, once de las cuales se iniciaron en diversos tramos de la capital y terminaron confluyendo en una sola.

“Estoy preparando las primeras medidas económicas; en un año podemos activar nuestra economía, especialmente para fortalecer el ingreso de los pobres; vengo a sellar un compromiso con los pobres, a quienes no llegan los beneficios del petróleo porque se los llevan para otros países”, dijo Capriles en una de las frases más importantes de su mensaje, en el que se mostró mucho más agresivo en que anteriores apariciones y concentró sus dardos sobre las falencias económicas del modelo chavista.

En particular, hizo alusión al desabastecimiento, la alta inflación del 30 por ciento, los continuos cortes de luz pese a que Venezuela es un Estado petrolero, los altísimos niveles de inseguridad (Venezuela tiene la tasa de homicidio por habitante más alta de Sudamérica) y los problemas de vivienda, aún existentes y muy importantes pese a que desde hace 14 años el gobierno cuenta con ingentes recursos llegados a través de la renta petrolera.

Desde hoy y hasta el domingo, según la ley, no pueden haber actos políticos y la propaganda debe cesar en todos los medios. El gobierno ya dispuso el traslado de todas las urnas a los centros de votación y las autoridades electorales comunicaron que ya está todo listo para los comicios del domingo que decidirán el destino de Venezuela tras la muerte de Chávez.

Pronósticos

Campaña de Capriles
Todo parece augurar que en las elecciones de este domingo en Venezuela, convocadas para escoger al sucesor de Hugo Chávez en la presidencia, se registrará el menor margen de victoria en los años que van de Revolución Bolivariana. Los estudios de seguimiento con entrevistas telefónicas coinciden en detectar una disminución constante, del orden de 1 por ciento al día, de la amplia ventaja que al iniciar la campaña llevaba el oficialista Nicolás Maduro frente al opositor Henrique Capriles Radonski. Aún así, hay que otorgarle la primera opción a Maduro, por, entre otras razones, el endoso emocional del presidente fallecido y la maquinaria electoral chavista.

El politólogo Edgard Gutiérrez, dijo que “teniendo un candidato como Maduro, que claramente no es Chávez, hay elementos para pensar que el oficialismo se preparó para exigirle más a su maquinaria en esta ocasión de lo que ya ha dado en otras”.

Esa maquinaria va más allá del ventajismo en la utilización de los recursos del Estado para apoyo de la campaña, reseñado con frecuencia por los medios internacionales. Se trata, en cambio, de un crisol de datos personales y de tendencias electorales que permite movilizar, casi a conveniencia y oportunamente, a electores durante el día de los comicios.

En el corazón de esa maquinaria están las denominadas misiones, los programas de asistencia social implementados por Chávez con asesoría cubana y que, además de llevar servicios a sectores tradicionalmente desatendidos, suelen entregar subsidios de dinero. Ya son más de 30 en el portafolio gubernamental. Y cada una de ellas exige el registro individual, aún si reiterado, de sus beneficiario. Por ejemplo, la Gran Misión Vivienda Venezuela, se jacta de tener los datos de más de tres millones de familias. Esas bases de datos, en manos del Estado, se consolidan en una misma que permite conocer qué ha recibido quién y a qué aspira también ese quién, publicó El País de España.

El pensamiento bolivariano

El fantasma de Chávez en la campaña
El bolivarianismo chavista incorporó a la política electoral a amplios segmentos de la población que, desaparecido el líder, conservan su lealtad y pasión iniciales. Pero el chavismo sin Chávez no se confía y, visto el pobre desempeño del candidato durante la campaña, se apresta a poner en acción una maquinaria que puede resultar decisiva si las distancias en la intención de voto entre Maduro y Capriles se acortan en las 48 horas que restan para las elecciones.

Nicolás Maduro, el presidente sucesor elegido por Chávez en su lecho de muerte
cerró en la noche del jueves la campaña electoral más corta de la historia de Venezuela, de tan solo diez días de duración, con un gigantesco acto de masas en Caracas. Ante cientos de miles de partidarios vestidos de rojo y acompañado por el exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, Maduro, con camisa blanca, llamó a una victoria aplastante, con no menos de 10 millones de votos, en las presidenciales del domingo.

“La burguesía cree que la revolución llegó a su fin, que el chavismo se acabó, pero hay Chávez para rato en la historia futura de esta patria libre e independiente, la revolución continúa”, anunció Maduro.

La campaña de Maduro
Dada la extrema polarización política que vive el país, la campaña ha sido un intercambio de golpes más que de propuestas entre el heredero del líder bolivariano y el candidato opositor, y una especie de segunda vuelta de las elecciones del pasado 7 de octubre cuando el oficialismo se impuso por 1,8 millones de votos (cerca de 8 millones contra seis). Ha sido también la primera sin la presencia física de Chávez.

El poeta y escritor Leonardo Padrón, opinó que “el carisma de Chávez no se reemplaza. Era un encantador de serpientes que cuando hablaba producía un carrusel de emociones. Maduro es el rey del autogol”, afirma el poeta y escritor Leonardo Padrón. Su heredero se ha visto obligado a aprobar en sus primeros cien días de Gobierno dos devaluaciones del bolívar, que ha perdido un 46% de su valor, y sus promesas electorales sobre mejoras en las infraestructuras y servicios públicos corrían el peligro de sonar a críticas al nuevo santón popular.

Pese a la demostración de fuerza de ayer, la fidelidad real del votante de simpatía chavista a Maduro es una de las incógnitas de la campaña. Si se confirmara esa tendencia será mérito indiscutible de Capriles, que aceptó la candidatura en unos momentos muy difíciles para la oposición tras sus derrotas en octubre y en las regionales de diciembre.

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