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martes, 31 de enero de 2012

PUNTOS DE VISTA: LA PERVERSIÓN DE LA DERECHA EN CHILE

Por Mario Briones

Cuando Joaquín Lavín, en el Ministerio de Desarrollo Social, pensó en como terminar con la pobreza, pensó también en cómo sacar provecho al 15 % de los chilenos más pobres, para que pudieran contribuir de paso, a incrementar el PIB con estos 2.550.000 pobres.

Después de su rotundo fracaso en educación, J. Lavín creyó que lo más importante en su agenda ministerial de Desarrollo Social era concentrarse en revisar quienes recibían algún tipo de subsidios, hacer los cambios para disminuirlos y determinar con los excesos que hubiesen incurrido los gobiernos anteriores para denunciarlos públicamente.

A su vez Mañalich como Ministro de Salud se refirió a la existencia de más 400.000 falsos indigentes en el sistema Público de salud, lamentando que la ley no lo faculte para expulsarlos.

En otra arista, varios políticos de derecha, como el diputado Carlos Vilches (UDI), dicen que “Un alto porcentaje de las personas que hoy perciben beneficios como exonerado político no tienen derecho”.

¿Qué tienen en común todas estas expresiones con lo que piensan los republicanos de Estados Unidos, los cuales han llegado a plantear la necesidad que los pobres paguen impuestos?

Mucho y todo. La derecha, en cualquier parte del mundo, obedece a una estrategia planificada, diseñada y aplicada para favorecer a los sectores acomodados, generando la mayor concentración de riqueza posible, sacándola del esfuerzo muchas veces sobre humano, de personas comunes y corrientes.

Veamos cómo se práctica esta estrategia, disfrazando sus intenciones, con un ejemplo.

El Ministerio de Desarrollo Social, empeñado en corregir las “distorsiones” económicas que producen los pobres, formuló el proyecto de Ley de Ingreso Ético Familiar, en discusión en el Congreso. La tesis fundamental del citado proyecto de ley se publicó en el diario “El Mercurio” el 22/1/2012, pág. B4, basada en un informe de LyD, (Libertad y Desarrollo), que establece, los “beneficiarios de subsidios registran 3,4 horas menos de trabajo a la semana”, y según el “estudio” realizado sobre la base de la encuesta Casen 2009, revelaría que, a medida que los subsidios aumentan, las horas trabajadas por los jefes de hogar tienden a disminuir.

Citan el caso de Jeanette, una mujer con 55 años, viuda con 3 hijos, que antes de recibir subsidios de agua, carga familiar, cobertura de Fonasa, la tendencia de ella es que pasó de trabajar 45 a 36 horas semanales. Esta notable sagacidad y astucia de los estudiosos de LyD para concentrarse y detectar cómo “eluden” el trabajo los pobres, se corregirá mediante una ley que elimine el despilfarro fiscal, corrigiendo la desviación con una fórmula que obligue a los propios pobres a financiar su subsidio, pagándolo con más trabajo personal.

El porqué de la decepción de millones de chilenos respecto de este gobierno, castigado duramente en las encuestas, tiene que ver con medidas de este tipo debido a la manipulación y truculencia de las medidas. El Centro Democracia y Comunidad dice que, “el 81,9% de los compromisos legislativos de Piñera no se han cumplido”.

La gente recuerda el gran ofrecimiento de campaña, junto a la sentencia del “sentido de urgencia”, cuando contrasta esas promesas con la ineficacia y la desidia del gobierno para actuar y cumplir con respecto al terremoto, el aumento de la delincuencia, las deficiencias en los servicios de urgencias, hospitales, consultorios, municipalidades, etc. El último en sumarse públicamente a los decepcionados, fue el alcalde de Ñuñoa, Sr. Pedro Sabat el domingo recién pasado en la TV.

¿Cuál es la explicación?, se preguntarán ustedes.

La misión del Ministerio de Desarrollo Social, de Salud y varios Ministerios más no es resolver el problema de la pobreza, ni de Chile. Ellos llegaron para aplicar la filosofía de la derecha que es, formular leyes engañosas que den la apariencia de entregar beneficios gratuitos, pero que reditúen beneficios indirectos, para disminuir del presupuesto fiscal cualquier gravamen o costo que tenga olor a protección social, implementado por los gobiernos anteriores y en particular por Bachelet.

Proponer una política de ayuda social condicionada a compromisos familiares con el Estado, hasta para acceder a la entrega de anteojos o tratamientos dentales, es una perversión miserable, economicista brutal, desproporcionada e injusta de la derecha, que equivale a decir a un pobre, o a la viuda que ellos citan, lo siguiente:  Jeanette; levántese a las 6 a.m. viaje en Transantiago 3 horas y llegue a su trabajo en Las Condes u otro lugar, para estar a las 9 a.m. Trabaje como empleada hasta las 5 p.m, y si la patrona no la deja un hora más en una pega extra, regresa a su casa. Con suerte se demorará otras 3 horas en el Transantiago, (horas que podría aprovechar de tejer algo a sus hijos) llega a su barrio a las 8 p.m., y antes de ir a su casa (si es que no la asaltan), pasa a comprar los alimentos, prepara la comida a sus 3 hijos, le ayuda con las tareas escolares, lava la ropa, asea la casa, plancha la ropa, acuesta a los niños y a la 1 de la madrugada se va a dormir (si no ha muerto antes de cansancio), porque el día siguiente parte para Ud., nuevamente a las 6 a.m.

El Ministerio de Desarrollo Social propone entregar un bono de $ 25.000 u otro a esta mujer, si cumple la “meta” de trabajar las 3,4 horas más que le “faltan” y junto con ello se implementa una política que resuelve el problema de la “ociosidad” o “la tendencia a la vagancia” de los más pobres.

Falta que LyD explique cómo se cuidan los hijos, quien los lleva a la escuela, al consultorio, al dentista, quien va a pagar las cuentas, etc. Porque la madre debe estar trabajando. Ese misterio deben resolverlo estos ingeniosos señores, porque de ahí se deriva otro incentivo más perverso, que se expresa así; si los padres, (en este caso la viuda Jeanette) vigilan que los niños no falten a la escuela, recibirán un bono extra por su compromiso con la escolaridad o lo que sea.

Es fantástico el sentido de realidad de Libertad y Desarrollo y su conmovedora política social, llena de sensibilidad para aumentar el esfuerzo hasta la agonía que debe hacer una viuda o un pobre para mejorar el ingreso con ¿$ 80.000, o algo más?, subsidio que además se reflejará en un aumento del PIB, por el rendimiento en 3,4 horas más de trabajo, aunque la familia se derrumbe por completo, los hijos caigan en la droga, la delincuencia o terminen en la cárcel.

Para la derecha los “rotos” no progresan porque son flojos e incapaces de emular a Francisco Javier Errázuriz, quién formó un imperio de millones de dólares a partir de una docena de pollitos, o al propio Sebastián Piñera, que a fuerza de levantarse temprano y trabajar sin descaso, logró amasar una fortuna que se estima en 4 mil millones de dólares.

1 comentario:

  1. Increible lo que dice este señor, encuentro atróz como se abusa con las personas. ¿Cuándo y cómo un pobre puede salir a flote si los tratan como verdaderos esclavos? En Chile un patrón cree que un empleado debe ser un ser incondicional carente de toda dignidad.

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