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miércoles, 27 de julio de 2011

¡Me da vergüenza ser chileno!

Por Walter Krohne
Editor de Krohne Archiv

Este fue hoy el "grito de guerra" de uno de los manifestantes en la vía pública contra el Transantiago, el transporte público que volvió a funcionar con mucha lentitud porque el número de buses que salió a las calles fue menor que el de costumbre, cuando faltan escasos días para que este servicio incremente sus tarifas.

Otros manifestantes demandaban una “revolución social” calificando de  “injustas” las medidas que aplica el Gobierno en contra de los trabajadores y usuarios del único sistema de transporte público que tiene la capital chilena. Pero esto no fue todo: diversas calles fueron cortadas por “cordones humanos” causando serias aglomeraciones en el tránsito santiaguino, especialmente en la comuna de Providencia.

A su vez, un grupo de 34 estudiantes continuaba en huelga de hambre en demanda de una reforma educacional que acabe con la municipalización de los colegios y liceos y elimine el lucro en establecimientos de la enseñanza media y en universidades, que, especialmente, en éstas últimas impulsa un negocio de proporciones que enriquece a grupos empresariales, mientras el contenido de los servicios educacionales, que es lo más importante, baja y baja de calidad de año en año.

En medio de este caos se escuchaban las recomendaciones liderizadas por el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien aseguró que para construir un país con más justicia y menos desigualdad hay que evitar la violencia. "Nosotros no nos vamos a cansar nunca de llamar a todo nuestro pueblo y dando nosotros como Gobierno el primer paso, de privilegiar el diálogo para solucionar los problemas evidentes que nuestra sociedad tiene", expresó.

Sin embargo, lo grave es que, a pesar de las muchas palabras que se dicen, los problemas en Chile no se están resolviendo por iniciativa gubernamental, como debería ser, sino por la vía de la protesta a “todo dar”, que generalmente derivan en violencia, porque la gente está cansada de la inoperancia y se siente frustrada y desprovista de la necesaria protección social. 
 
¿Qué ha pasado con el precio de las bencinas?, se preguntan hoy los automovilistas. El ministro Longueira dijo que estaba estudiando una solución para estabilizar el precio. Tristemente no ha ocurrido nada y el problema habría que resolverlo ya,  ahora,  y no dentro de un año más.

Cómo no hay protestas de automovilistas,  no surgirá del Gobierno una solución a corto plazo, ni siquiera pensando en la gente más modesta que está obligada a utilizar su propio vehículo para poder llegar al trabajo, ya que tampoco pueden depender o confiar en el Transantiago. ¿Es o no injusto lo que está pasando en Chile?

En Dichato, sin embargo, las cosas comnenzaron a cambiar, pero para llegar a este estadio fue necesario realizar varias semanas intensas protestas. Lo mismo sucedió con el precio del gas en Magallanes. Tras un período de intensas movilizaciones, a comienzos de este año, especialmente en Punta Arenas, el Gobierno anunció hoy que resolverá el problema a través de la fijación de un subsidio permanente para el precio del gas. Fue necesario que pasaran siete meses para llegar a una solución, la misma que fue propuesta al comienzo de esta crisis. "El objetivo del gobierno ha sido desarrollar un trabajo conjunto con los magallánicos y esperamos que también se dé este espíritu de consenso en el Congreso para tramitar el proyecto de ley”, dijo el ministro Laurence Golborne como para ponerle punto final al caso. Es decir "la pelota" está ahora en las manos de los diputados y senadores y no del gobierno, como puede desprenderse de las palabras del actual ministro de obras públicas.

Igualmente los mapuches consiguieron ser tomados en cuenta tras una larga huelga de hambre de varios de sus comuneros, aunque los problemas cruciales están aun lejos de resolverse. ¿Será quizá necesario otro ayuno para que esto ocurra? 

Pero la lista es larga, lo que significa que para lograr algún objetivo concreto en Chile es necesario, al menos bajo este Gobierno, salir a las calles y protestar “a todo dar”, como ya dije. Él diálogo se desconoce y si no observemos lo que está ocurriendo con el conflicto estudiantil. Hace más de una semana que asumió el nuevo ministro de educación Felipe Bulnes y recién hoy los estudiantes han sido citados, junto con los profesores, a una reunión para "intentar conversar".

El Presidente Sebastián Piñera trató hoy de involucrar en este problema a la oposición, a la que había invitado a conversar a La Moneda, pero consiguiendo un fracaso soberano. Ésta resolvió no concurrir por la no existencia "de una disposición al diálogo”. Y en el fondo tiene toda la razón,  porque por el momento no existe ningún plan concreto vigente sobre el cual se pueda conversar, especialmente después que el oficialista “Gane” prácticamente está muerto y ya sepultado.

La política es diálogo y negociación, un principio clave que este gobierno de derecha no ha sabido manejar.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo,ojala lo lean los que estan en La Moneda. Parecen no entender todavia o no querer escuchar el clamor de la gente. Parece que son sordos.

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  2. Excelente artículo. Si bien siento, que todos estos conflictos son un arrastre del gobierno anterior, creo que las cosas no se están haciendo bien y se puede percibir un descontento generalizado de la gente acerca del sistema.

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