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miércoles, 27 de octubre de 2010

La era "K" terminó con la muerte súbita de su líder Néstor Kirchner

Por Walter Krohne

La muerte de Néstor Kirchner abre un gran vacío de poder y de incertidumbre en Argentina por varias razones: En primer lugar, el ex presidente formaba con su esposa una especie de “asociación política única" con planes y objetivos comunes, como era el de mantener el  poder en el país transandino dentro de lo posible.

En esta unión inseparable, que llegó a identificarse con la letra K de Kirchner, Néstor jugaba un papel primordial porque aparecía como el gran operador político del sistema, tanto dentro del gobierno de su esposa Cristina como también en el Partido Justicialista que controlaba. Era una especie de consultor de primera mano y muchas de las decisiones se le atribuían directamente al ex presidente, como dijo hoy en Hamburgo la politóloga Mariana Llanos del Instituto Gigas.

Tras la muerte del ex mandatario, toda esta asociación o estructura política queda completamente en el aire. Hoy hay un suspenso absoluto y una incertidumbre que puede llevar a la Argentina nuevamente a la inestabilidad y al caos.

Hay que tomar en cuenta que Kirchner era el político con mayor influencia en Argentina y también de gran poder en toda América Latina, muy vinculado a otros líderes regionales como Hugo Chávez de Venezuela, Fidel y Raúl Castro en Cuba, Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, entre otros, y sin que se le considerara un político de la izquierda dura, sino más bien un moderado al estilo peronista. En mayo de este año fue elegido secretario general de Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

Encontró la muerte en un momento en que preparaba su futuro camino político, que tenía como objetivo  volver a la Presidencia de la República en 2011. Para lo cual tenía que llegar a controlar algunos puntos esenciales en la estructura social y económica de su país, como son las comunicaciones. Así se involucró en una guerra contra las principales empresas comunicacionales, como los diarios Clarín y La Nación, cuya influencia es tremendamente grande e importante en Argentina.

Hasta el último minuto de su vida, con el pleno apoyo de Cristina, quien en realidad, como Presidenta era la que ponía la cara en las decisiones que tomaba su esposo, trató de quitarle este poder a las empresas periodísticas privadas, incluyendo también Papel Prensa, que es el ente industrial semiprivado que produce y distribuye el papel para periódicos en Argentina. La propiedad de esta empresa está en manos del Grupo Clarin, La Nación y del Estado argentino (en un porcentaje minoritario). Cristina y Néstor querían que el Estado controlara Papel Prensa en su integridad para así poder tener también bajo control a los principales diarios, donde la asociación K era criticada fuertemente. Es decir el plan rompía todos los esquemas de la libertad de expresión y de la libre información, pero así es la política cuando las ambiciones personales sobrepasan ciertos límites y principios.

Esta guerra le originó a los Kirchner una fuerte oposición como también ha sido un largo proceso en el cual se ganaron muchos enemigos. Pero el nombre de Néstor Kirchner seguía firme como pre candidato justicialista para las elecciones presidenciales, lo que no significaba que él tuviera un apoyo consolidado, sino más bien debido a la falta de líderes en otras tiendas políticas que le pudieran hacer el peso.

En estas condiciones, las elecciones previstas para el 23 de octubre de 2011 abren de por sí muchas interrogantes acerca del futuro político del país y, como subraya la politóloga Llanos, “ya estaba planteado que estos dos últimos años de Cristina Kirchner iban a ser complicados, pero Néstor Kirchner siempre aparecía balanceando esas complicaciones”.

Si bien el ex presidente ya no gozaba de la popularidad de antaño, tampoco era impopular y su pre candidatura para el 2011, frenaba el avance de ciertos oponentes dentro y fuera del Partido Justicialista. Con su muerte, esto comenzará a cambiar, seguramente.

Otro punto de este análisis es el hecho en si de no tener más un consejero a su lado como lo fue su esposo,  un verdadero “animal politico”, lo que puede ser un factor que debilite a Cristina, quien primeramentre deberá pasar un primer período difícil de conmoción personal y luego veremos si es capaz de recuperarse y de entrar a la políitica con la furia y la fuerza con que lo hacia Néstor Kirchner.

Para el poeta y periodista argentino Juan Gelman "la muerte de Néstor Kirchner crea un vacío enorme en la política argentina. Su gobierno contra todas las dificultades de los intereses conocidos llevo adelante reformas que permitieron el plan económico con la continuidad del gobierno de Cristina Fernández de atravesar la crisis global en continuo crecimiento.”

Aunque hay otros que opinan distinto y son menos pesimistas, como el filósofo y ensayista argentino José Pablo Feinmann que comentó: “No es la muerte de Perón, que dejó detrás de sí a una incapaz y a un criminal (en referencia a Isabel Martínez de Perón y a Héctor José Cámpora). Cristina crecerá ante la desgracia.”

Todas las acusaciones de corrupción en contra del matrimonio Kirchner y sus conflictos con los medios siguen siendo tema candente en Argentina que ahora deberá resolverlos Cristina sola. Pero el ex presidente fue alguien que, durante su gestión, dio gran impulso a cambios muy importantes en la sociedad argentina, como, por ejemplo, en la lucha contra la impunidad y por los derechos humanos, con los que está muy comprometido. Es allí donde se puede encontrar la explicación del porqué el ex guerrillero Galvarino Apablaza no fue extraditado a Chile.

“Con Kirchner murió un poco el Kirchnerismo”, opina Mariana Llanos desde Hamburgo. “Pero no podemos hablar de Kirchnerismo como si habláramos del Peronismo. Era una facción dentro del Peronismo. No creo que haya sido un movimiento sustentado ideológicamente”, explica. Para la experta, no se trata de un movimiento que podría sostenerse más allá de la figura política de Kirchner. “Por supuesto que sus ideas seguirán estando presentes de alguna forma”, añade, “pero sin su figura creo que será difícil que se preserve esa corriente”.

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