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sábado, 17 de julio de 2010

Al rojo vivo están las relaciones entre Chile y Venezuela


La declaración del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, frente a la petición del Senado chileno para que dos senadores -Andrés Allamand (RN) y Patricio Walker (DC)-, pudieran participar como observadores en las elecciones parlamentarias venezolanas que se efectuarán a fines de septiembre, fueron consideradas hoy inapropiadas y ofensivas por diferentes instancias políticas en Santiago de Chile.

La Cancillería resolvió entregar una nota oficial de protesta por el texto de rechazo del Parlamento venezolano a la petición del Senado chileno, principalmente por el lenguaje ofensivo utilizado, la que fue leída por el titular de la cancillería chilena Alfredo Moreno.

Chávez declaró anoche que los legisladores chilenos Allamand y Walker ni siquiera podrían entrar al territorio venezolano el día de la elección. Tras indicar que la decisión de las instituciones de su país "no tiene nada que ver con el pueblo chileno ni con el gobierno de Chile", el Mandatario se preguntó: "¿Pero qué se creen que son estos senadores? ¿Qué creen ellos que es este país, una cancha de bolas?".

"¡Qué cosas estas burguesías!", comentó el gobernante, quien al referirse al acuerdo aprobado el miércoles por el Senado chileno respecto de la observación internacional de los comicios de septiembre, calificó el proyecto de acuerdo como un "atropello" que Caracas no va a aceptar.

La declaración chilena, entregada esta tarde en Santiago, expresa lo siguiente:

"Ante los acuerdos adoptados por la Asamblea Nacional y por el Consejo Nacional Electoral – Poder Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, con fecha 15 de julio, el Ministerio de Relaciones Exteriores se hace el deber de señalar que:

1. La presencia de observadores extranjeros en los comicios de un tercer país es una actividad de normal ocurrencia en el ejercicio de regímenes democráticos. De hecho, procesos electorales de numerosos estados, incluido el nuestro, han contado con la participación de observadores electorales.

Por su parte, parlamentarios chilenos han estado presentes en esta calidad en los más diversos procesos electorales y en distintos países, sin que hayan surgido obstáculos ni problemas de ninguna naturaleza.

Entendemos que un país que cuenta con procesos electorales normales, no debiera tener inconveniente en recibir observadores extranjeros en sus comicios, cualquiera que sea la posición ideológica o membresía política de estos.

2. En relación con los términos en que está redactado el Acuerdo de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, el lenguaje ofensivo e inapropiado con el cual se refiere al Senado de la República, resulta inaceptable y no se condice con el respeto mutuo que se deben instituciones que representan poderes del Estado de ambos países.

3.- Lo señalado en los puntos precedentes fue representado en el día de ayer por el Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, quien citó a su despacho en horas de la mañana a la Embajadora de Venezuela en Chile, Sra. María Lourdes Urbaneja.

(Fdo) Ministerio de Relaciones Exteriores"

El jueves pasado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela se pronunció respecto de la iniciativa de los parlamentarios chilenos, negándoles explícitamente la calidad de observadores de los comicios. La presidenta de esa entidad, Tibisay Lucena, manifestó que las elecciones son potestad del organismo que encabeza y son "inherentes a la soberanía, por lo que ningún actor político extranjero puede inmiscuirse" (ver Krohne Archiv de ayer y anteayer).

En la oportunidad, la alta funcionaria recalcó que, por las "posiciones políticas contenidas en el acuerdo del Senado de Chile, se inhabilita a esos parlamentarios para participar de forma imparcial, transparente y objetiva como acompañantes internacionales electorales en este evento".

Entretanto la Cancillería de Venezuela entregó dos notas de protesta al gobierno chileno por el acuerdo adoptado por el Senado de Chile para enviar una misión de observadores a las elecciones parlamentarias de septiembre. Una de las notas es de la Asamblea Nacional de Venezuela (Parlamento) y la otra la del Consejo Nacional Electoral de Caracas del párrafo anterior de este artículo.

La nota más ofensiva es la del Parlamento, divulgada también en Santiago, que critica el texto del acuerdo chileno como una "injerencia" de senadores "herederos del sanguinario dictador Augusto Pinochet" en asuntos internos venezolanos. El Poder Electoral declaró, por su parte, que del acuerdo del Senado chileno "se desprende un conjunto de calificaciones y toma de posiciones" sobre Venezuela, "que constituyen una clara injerencia en asuntos internos y una violación expresa de normas de derecho internacional, entre ellas, la Carta Democrática Interamericana".

En la Asamblea Nacional de Caracas se rechazó la declaración de Santiago y su presidenta Cilia Flores, calificó en forma inapropiada y ofensiva de “estúpidos y ridículos" a los miembros del Senado chileno.

Chávez aludió así anoche la resolución de la Cámara Alta de Chile, aprobada por 15 votos a favor, tres en contra y una abstención, en la cual los congresistas chilenos llamaron a diversos organismos internacionales a adoptar "una actitud más vigilante con el cumplimiento de normas básicas por parte del gobierno venezolano que aseguren la integridad y la transparencia electoral".

Al respecto, el Presidente venezolano sostuvo que estos senadores forman parte de quienes "apoyaron el golpe contra (el Presidente Salvador) Allende y creen que todavía estamos en los años setenta", aunque no comentó que entre los firmantes, que piden una observación más acuciosa de las elecciones en Venezuela,  se encuentra la senadora e hija de Allende, Isabel Allende.

Para despejar cualquier duda sobre los alcances de sus declaraciones, Chávez agregó: "¡No sean ridículos, vale!", y advirtió a los aludidos que en Venezuela "ustedes no entran, no van a entrar". Sobre los dichos de los parlamentarios respecto de ir a Venezuela, el Jefe de Estado recalcó: "No sé por dónde, aquí no van a entrar, esto es un atropello contra nosotros, no lo vamos a aceptar", informó Prensa Latina.

Junto con felicitar la deteminación del CNE de inhabilitar a los parlamentarios como observadores de los comicios del 26 de septiembre, saludó también la postura expuesta por la Asamblea Nacional (AN, Legislativo unicameral), que la víspera declaró que el proyecto de acuerdo del Senado chileno es "injerencista e infame en contra de la democracia venezolana". En la oportunidad, el voto de la AN calificó a los 15 senadores suscriptores del proyecto de "herederos del sanguinario dictador Augusto Pinochet", y los acusó de tener la "descarada" intención de desestabilizar el proceso electoral venezolano.

Reacción en Chile

Requerido sobre el anuncio del Mandatario venezolano, el senador Alejandro Navarro (muy vinculado con el gobierno de Chávez) dijo que "eso lo decidió el Consejo Nacional Electoral, un poder autónomo del Estado. Chávez sólo ratificó eso. La verdad es que (Andrés) Allamand y (Patricio) Walker se están portando como agentes de la CIA".

El jueves, tras el pronunciamiento del CNE, Allamand declaró que los legisladores chilenos no se dejarán amedrentar por "declaraciones destempladas".

Walker, por su parte, dijo hoy que las palabras de Chávez excedieron todo límite: "el nivel de descalificaciones no me sorprende, pero realmente se pasaron de cualquier límite tolerable".

Añadió en declaraciones a Radio Cooperativa, que "nosotros como Senado en ningún minuto hemos descalificado, en ningún minuto hemos ofendido y él (Chávez) nos ha tratado de pinochetistas en circunstancias que la mayoría de los autores del proyecto fuimos contrarios a Pinochet: los demócratacristianos, el presidente del Partido Socialista, Fulvio Rossi, Isabel Allende".

Tras esto, Walker anunció que viajará de todas formas a Venezuela, aún cuando sea detenido en su ingreso a Caracas. Lo mismo dijo Allamand.



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