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lunes, 17 de mayo de 2010

PUEBLO ALEMAN PIDE ABANDONAR EL EURO Y ESTA INDIGNADO CON GRECIA


NO SE HA INVENTADO AÚN EL INSTRUMENTO PARA DETENER PRECIPITOSA CAÍDA DE LA MONEDA EUROPEA

Ya ha quedado a la vista de todo el mundo que el esfuerzo estabilizador de Europa para apuntalar al euro, que incluyó un paquete de 750 mil millones de euros para ir en ayuda, si fuese necesario, de los países más complicados desde el punto de vista financiero, no ha surtido el efecto que los máximos dirigentes de la Unión Eueropea (UE) esperaban.

El euro ha seguido cayendo a pesar del acuerdo del domingo pasado en Bruselas. Los ministros de Finanzas de la UE dieron una clara señal, pero al parecer no fue suficiente como para parar a los especuladores y proteger la moneda común, pero estos, especialmente los que trabajan con fondos de alto riesgo han aprovechado los errores estructurales del sistema para beneficiarse.

Especuladores

El director y fundador de un fondo de alto riesgo John Taylor, quien se ha aprovechado abiertamente de la crisis griega, es uno de los centenares de operadores del mercado que apostaron a la caída del euro a través de complejas transacciones. La idea fue hundir lo más que se podía el curso de la moneda de la zona del euro para obtener “jugosos dividendos”.

Sin embargo, cuando se habla de Taylor no nos referimos a uno de tantos especuladores, sino de un hombre que sabe y está bien al tanto de lo que está pasando para no perder ninguna oportunidad que se le presente. Taylor es un hombre documentado en este “negocio”.

A Bloomberg TV declaró que “el euro es, en muchos sentidos, un error de construcción y no puede seguir existiendo. El pronóstico de un euro débil se hace obvio”. Su fondo de alto riesgo “FX Concepts” lo puso abiertamente en contra del euro y, aunque estos movimientos forman parte de la estrategia de cada especulador, él lo reconoce abiertamente y está convencido de ello.

Aún se recuerda entre los ejecutivos del multimillonario George Soros, cuando su propio fondo especuló con éxito contra la libra esterlina en 1992. En esta movida estuvo también involucrado John Taylor. Ahora parece que las energías se concentran para forzar la caída del euro. En todo caso todo está por verse y no se puede asegurar ciento por ciento, ni nadie puede asumir una posición tan tajante, de que si lo lograrán.

Michel Leister, analista del banco WestLB del estado federado alemán de Renania del Norte, explicó algo más de lo que ocurre en estos casos: “Queda claro que las grandes sumas de los fondos de alto riesgo pueden producir variaciones sustanciales en el curso de la moneda justamente en una situación como ésta, en la que los inversores entran en pánico y desciende la liquidez. Pero no está claro si los fondos son los únicos culpables”.

Eso significa que también otras figuras de los mercados financieros especularon contra el euro, debido a que las dificultades de la unión monetaria son demasiado evidentes. En la Bolsa de Valores a término de Chicago, EE UU, las acciones que apuestan a ganar gracias a la caída del euro son más solicitadas que nunca. Las animosidades contra la moneda europea crecen desde hace meses, y cada vez más inversores se suben a ese tren.

Sin embargo, tanto los fondos de alto riesgo como los bancos o los inversores privados que apuestan todo al curso en baja del euro salieron perjudicados gracias al paquete de estabilidad lanzado por la Unión Europea el domingo pasado. “En general, quedaba claro que los políticos tenían que hacer algo. Especialmente si se tiene en cuenta el viernes 7 de mayo, que se sintió como septiembre de 2008, cuando colapsó Lehman Brothers. Fue sorprendente que el paraguas económico europeo se haya aprobado tan rápidamente”, señaló el alemán Leister.

La peor crisis europea

Mientras tanto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean Claude Trichet, dijo que la economía europea atraviesa por su situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial e incluso desde la Primera, entre 1914 y 1918. La declaración la hizo en una entrevista con el semanario alemán "Der Spiegel" que aparece los días lunes.

Para Trichet, el punto central de la crisis europea se inició el 2008 cuando colapsó en Estados Unidos el Banco Lehman Brothers, agregando que “los mercados ya no funcionan”.

Pidió en este contexto nuevos acuerdos y medidas para superar la crisis, mediando un control exhaustivo de las polítricas económica y financiera de los 16 países que pertenecen a la Zona del Euro. “Necesitamos estructuras mejoradas para evitar y castigar las transgresiones” , declaró Trichet a Der Spiegel.

El Comisionado de Energía de la UE, el alemán Guenther Oettinger, acotó al diario "Tagesspiégel" que con las últimas decisiones adoptadas hemos ganado sólo tiempo pero no la batalla”.

La situación se puede poner aún más difícil porque aparte de los cambios económicos pueden derivarse de ellos cambios políticos que afecten a la democracia que ha imperado siempre en la UE. Por ejemplo los países más solventes, como Alemania por ejemplo o también Francia, que han aportado muchos más fondos que el resto para el paquete, podrían después demandar más derechos en la toma de decisiones.

El diario francés “Le Monde” comentó, por ejemplo, que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, exhortó a los países europeos a presentar en su despacho los proyectos de presupuesto antes del debate en los parlamentos nacionales. Así quiere examinar la disciplina presupuestaria o de pronto castigar a los países deficitarios.

“Esta propuesta –dice Le Monde, se asemeja mucho a declararlos incapaces de tomar decisiones solos, lo que se contradice fuertemente con una necesaria cooperación conjunta e inteligente. También es descabellado concebir una reglamentación del presupuesto si antes no se regulan los mercados financieros. Esta iniciativa es de nuevo un ejemplo del déficit de democracia en Europa. Al parecer Barroso no aprendió nada del fracaso del Tratado de Lisboa de 2005. Los ciudadanos europeos rechazarían con derecho esta forma de ‘federalismo tecnocrático’”.

Frente a lo que escribió Le Monde, el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, defendió la idea de Barroso porque “no queda más alternativa”.

“La instancia europea no propone una intervención directa al derecho del presupuesto, sino un intercambio de información con antelación sobre los planes presupuestarios de los Estados europeos. Si a alguno le parece demasiado, debe presentar una alternativa. O Alemania participa constructivamente en la discusión sobre la mejora del sistema de reglas, y reconoce que esto conlleva una vigilancia más aguda, sobre todo para los deudores. O Berlín propone una alternativa: acabar a mediano plazo con el status quo. Esto podría ser una unión monetaria mucho más reducida, compuesta por Estados homogéneos en lo político y económico. Otra opción podría ser la salida de la unión monetaria. De ninguna forma, la política berlinesa puede evadir una decisión trascendental”.

El diario italiano, "La Stampa" de Turín escribió: “Europa decidió por lo pronto salvar a Grecia de un colapso financiero. Al anuncio de un fondo de garantías de 750 mil millones de euros no sólo reaccionaron las bolsas de forma positiva. Todos respiran un ambiente de haber escapado del peligro. Sin embargo, es tal vez este respiro en y fuera de la instancia de gobierno de Europa lo que representa una fuente de riesgo, si no la fuente principal de riesgo. Así parecen todos volcarse con nuevo valor a la regulación de los mercados y a la lucha contra la especulación, en lugar de corregir los desequilibrios estructurales que son los que producen la especulación. El riesgo es, en otras palabras, que todos intentan nuevamente bajar la fiebre y no curar al paciente".

Enojo de los alemanes

Mientras tanto, en Alemania el enojo de la población es muy grande: El 59% de los alemanes quiere abandonar el euro como moneda y retornar al marco. Este fue el resultado de una encuesta de la BBC de Londres donde la principal preocupación ha sido el ¿por qué nosotros los alemanes tenemos que pagar las jubilaciones de lujo a los griegos?

La misma encuesta dio también como resultado que el 56% de los alemanes está en contra de la ayuda a Grecia.

El descontento es tan profundo que el domingo pasado el electorado de Renania del Norte Westfalia le pasó la primera cuenta a la canciller alemana Angela Merkel. Ese día su partido democristiano (CDU) y su aliado Partido Liberal (FDP) perdieron el gobierno en elecciones regionales. Con este resultado Merkel perdió además la mayoría en el Bundesrat (la Cámara de los Launder). Todo tiene un límite, parecen decir los alemanes.





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