kradiario.cl

domingo, 23 de mayo de 2010

LO QUE NATURA NON DA, POWER POINT NON PRESTA

Por Gabriel Sanhueza Suárez

La profesión que más he ejercido en mi vida es la de profesor. Es en ella donde he tenido los saltos tecnológicos más espectaculares. Y en cada uno, hubo siempre un tiempo de angustia.

Soy de la era del pizarrón negro y la tiza blanca. Esa que te dejaba, no sólo los dedos blancos, sino el pantalón y la chaqueta. Fui diestro en usar la almohadilla, para borrar lo escrito, sin estornudar jamás.

El shock, del que me costó recuperarme, fue cuando aparecieron las pizarras blancas, con sus respectivos plumones. Me cambió mi percepción de la vida. El mundo era al revés. Ahora se escribía en negro sobre un fondo blanco.

Confieso que me eché unas cuantas pizarras acrílicas al usar plumones permanentes. Una efímera inmortalidad de mis palabras escritas, hasta que alguien eliminaba mi sapiencia con alcohol.

Fui profesor con rotafolio. ¿Qué joven sabe hoy lo que es un rotafolio?. Que levante la mano. En simple era un caballete medio endeble sobre el cual se montaban hojas de papel con la exposición escrita. Se sujetaban con un palo con dos pernos mariposa y si era más humilde, con simples tachuelas.

Lo más importante era llevárselo al término de la clase, para no tener la lata de volverlo a escribir. Mientras me despedía de mis estudiantes, siempre tenía un ojo puesto en mi presentación rotafólica, sobre todo después, que un flojo avispado se la robó, porque no había tomado apuntes.

El salto siguiente fueron las transparencias. Mi angustia terminó cuando aprendí a intercalarles hojas blancas para no equivocarme al ponerlas en el retroproyector.

Ahora estamos en la era del power point. Sigo angustiado por no saber sacarle todo el provecho que dicen que tiene.

Tengo además, un sentimiento ambivalente con esta tecnología. Si bien es atractiva y ayuda a exponer de una manera más didáctica, siento que es un elemento con rasgos coercitivos.

Hay muchas presentaciones destinadas más a convencer que a exponer. Otra desventaja es que se tiende a hacer aseveraciones simplistas, donde ideas complejas van en lista y puntos muy breves.

Eso es sobre el fondo.

En la forma, puede ser atroz. Un profesor amigo, es horrible con sus power point. Escoge unos contrastes entre el fondo y el color del texto, que te hacen chirrear los ojos. El tamaño de las letras es minúsculo, de manera que siempre pienso que fue un error no llevar mis binoculares.

Él, impertérrito pregunta: ¿Se alcanza a ver?, a lo cual todo el mundo responde que no. Lo que le da pábulo para que comience a leernos todo lo escrito.

Hasta el presidente Piñera nos sorprende este 21 de mayo con el uso de esta tecnología. Lo único que le puedo decir, es lo mismo que digo a mis estudiantes: “Lo que natura non da, power point non presta.”

Hace unos días mi mujer me contó que ha sido agraciada en la escuela con la primera pizarra interactiva. Al parecer otro salto tecnológico se avecina. Mi angustia comienza a perfilarse.

1 comentario: